miércoles, 16 de junio de 2021

HOMO ANCESTRO

          ...Por Kurt Schleicher

INTRODUCCIÓN

   La paleoantropología resulta ser una ciencia fascinante. Más de uno se habrá hecho preguntas como las siguientes:

-            ¿Cuáles son nuestros ancestros?

-          ¿Desde qué momento se considera al hombre como evolución del mono? ¿Cuándo se separaron monos y hombres?

-            ¿Qué son los homínidos? ¿Y los australopithecus?

-      ¿Cuál es nuestro primer ancestro inteligente? ¿Cómo y cuándo se produjo el “click” de la inteligencia humana o es ésta fruto de la evolución?

-             ¿Cómo podemos completar el rompecabezas de la evolución humana?… y otras muchas.

  La fascinación por la paleoantropología me apareció a finales de los años setenta, con ocasión de un viaje a Toulouse; en aquella época había que volar haciendo escala en París, que es lo mismo que a ir de Madrid a Burgos pasando por Vitoria. Pero me vino bien; aproveché para visitar el Museo del Hombre, justo enfrente de la torre Eiffel. La estrella del lugar era una tal Lucy; se anunciaba como nuestro ancestro más antiguo, con 3,2 millones de años de antigüedad, que me pareció entonces una barbaridad. Me sorprendió que el esqueleto estuviera casi completo, cuando los demás fósiles humanos solían ser cráneos o huesos sueltos. Debía andar erguida. Me sorprendió su tamaño; medía poco más de un metro de altura y su cráneo era muy pequeño. ¿Sería una niña? Su descubrimiento era muy reciente; databa del año 1974, por un tal Johanson, paleontólogo estadounidense. Al parecer, Lucy se hizo tan famosa por romper todos los esquemas anteriores de antigüedad sobre ancestros del ser humano.


   Ahora ya han pasado más de cuarenta años desde entonces. ¿Cuál es la situación actual? ¿Seguiría siendo Lucy nuestro ancestro? Eso es lo que trato de desvelar de la forma más simple posible, porque si no me podría salir todo un libro…

 

HISTORIA

   Todo empieza en 1857, cuando Charles Darwin presenta su teoría de la evolución en su libro El origen de las Especies, que entre otras cosas afirma que el hombre desciende del mono, causando una auténtica revolución. Hasta entonces, el origen del hombre se limitaba poco más o menos al Génesis, con Adán y Eva, y ¡ay! del que osara salirse de ese guión. Por fortuna para Darwin, persona de carácter tímido, el afamado científico T. H. Huxley salió en su defensa, llamando la atención sobre las afinidades entre gorilas, chimpancés y hombres. Poco antes, en 1856, se habían descubierto restos de una especie de mono, pero muy humano, al que se denominó “Hombre de Neanderthal”, buen ejemplo de evolución, pero en el siglo XIX nadie se aventuraba a afirmar que “aquello” era algo más que un mono y fue dejado de lado y olvidado. Era más bien bajito, pero ancho y fuerte. No mucho más tarde, en 1869, se descubrieron cinco esqueletos a los que se les dio el nombre de “Hombre de Cromagnon”; ya no había dudas, pues aquello sí que era “muy hombre”, con 1,80 m. de estatura y un volumen cerebral más que decente, cerca de 1600 cc, incluso mayor que el ser humano actual. Nadie se atrevía ya a catalogarlo como no humano. Se estima su aparición hace unos 40.000 años (y su desaparición hace unos 10.000 años). Una vez reivindicado Darwin, los neardenthales lo fueron también como aparentes antecesores del ser humano; sin embargo, años después se constató que esto no era cierto, aunque ambos llegaron a coexistir.     

                                                            

Hombre de Cromagnon

   En 1893 se encontró el llamado “Hombre de Java”, con un cráneo de apariencia simiesca, muy robusto también, pero con huesos muy humanos que denotaban bipedismo. Su descubridor creyó que había encontrado el “eslabón perdido” entre hombre y mono, cosa que quedó después fuera de lugar. Entre tanto, se iban acumulando nuevas pruebas; aparecieron el “Hombre de Heidelberg”, con una mandíbula de mono y dientes de hombre (¡?) y el “Hombre de Pekín”. Los tres andaban erguidos y  se encuadraron  bajo el nombre común de “Homo Erectus”; tenían cerebros relativamente pequeños y cráneos grandes con arcos superciliares también grandes. Resultaba difícil de digerir, sin embargo, que el Hombre de Java fuera casi seis veces más antiguo que el de Neanderthal: medio millón de años frente a los 100.000 de éste.

   Y no acababa ahí todo; en los años 50 habían empezado a proliferar en África los llamados “Australopithecus”, homínidos muy antiguos, pero no hombres, pues tenían un cerebro muy pequeño para ser considerados como tales, por mucho que anduvieran erguidos. Las dataciones los colocaban en el entorno de Lucy y aún más antiguos, cerca de los 4 millones de años de antigüedad. Sin embargo, dejando de lado el cerebro, las características de los australopithecus eran más semejantes al del modelo humano que al de simio, por lo que se terminó aceptando años más tarde que se trataba de homínidos, lo mismo que Lucy. A los fósiles más grandes se les denominó Australopithecus robustus.

   El famoso matrimonio de paleontólogos Louis y Mary Leakey encontraron en 1959 otro australopitheco todavía más robusto, al que llamaron “Australopithecus boisei”, conocido como “Zinj”. Esto coincidió con una mejora en el proceso de datación, consistente en medir el grado de debilitamiento del isótopo radioactivo del potasio al transformarse en argón. Gracias a esto, la fiabilidad de la antigüedad de Zinj era mucho más precisa, si bien más cercana de lo previsto: tan “solo” 1,8 millones de años. Lo curioso es que poco después se encontró otro fósil en la zona de Olduvai, en Tanzania, no de un australopiteco, sino de un claro antecesor del hombre y prácticamente la misma antigüedad: 1,75 millones de años. A este ejemplar se le denominó “Homo Habilis”, debido a que se encontraron cerca restos de artefactos de piedra. Leakey insistió en que el Habilis era un hombre, el más antiguo de todos, según él.                                 

   En 1973, un año antes del descubrimiento de Lucy, se encontró otro homínido en la misma zona, de tres millones de años de antigüedad. Era igualmente de un metro de estatura y bípedo. Con la aparición de Lucy en 1974, resultaba que hace tres millones de años había unos “monos” muy feos andando como hombres con sus cortas piernecitas, todo ello muy difícil de digerir.



    Entre 1975 y 1976 se encontraron una gran cantidad de fósiles similares entre sí, 350 en total. Se denominaron Australopithecus Afarensis, por la localidad en que se encontraron, el Triángulo de Afar. Lucy encajaba bien entre los afarensis. Aquello permitió también determinar la diferencia entre Australopithecus y Homo: los primeros tenían mandíbulas y molares grandes y los segundos al revés. Así se pudo por fin determinar la desviación entre unos y otros; una rama terminaría en el hombre y la otra no evolucionaría. La frontera parecía estar en el Afarensis; el Africanus nos llevaría al Robustus y a los simios y el Erectus hacia el hombre, que se llamaría al final Sapiens. El diagrama adjunto lo muestra con claridad. El problema apareció cuando se hizo la datación oficial y más precisa del Afarensis, obteniendo nada menos que 3,75 millones de años, con lo que la distancia al primer homínido posterior (el Habilis) se incrementó todavía más. ¿Qué pasó en ese largo intervalo de casi dos millones de años, entre 3,75 y 2 millones de años de antigüedad? ¡No había otros fósiles de homínidos en ese periodo, justo tras el punto más crítico de la separación! Esto creó cierto desconcierto y desconfianza, aparte ya de la discusión de base de considerar a los australopithecus afarensis hacia atrás como “no hombres”. Dos millones de años de “hueco” son muchos años…

   Por el contrario, la distancia entre el Habilis y el Erectus era mucho más corta; de este último se sabía más y tenía pinta de ser “bastante hombre”: comía alimentos cocinados, se hacía ropa, era un excelente cazador de grandes animales y se fabricaba sus propias herramientas. ¿Surgió realmente del Homo Habilis, del que se sabía muy poco¿No sería un salto demasiado repentino el medio millón de años que había entre ambos? Por otra parte, el Homo Erectus casi no evolucionó durante un periodo muy prolongado, pero “de repente” dio un salto evolutivo en tan sólo doscientos mil años convirtiéndose en el “Homo Sapiens”, nuestro ancestro más próximo, nuestro primo más cercano. De nuevo las misma preguntas: ¿Qué pasó en ese millón de años entre el Habilis y el Erectus? ¿Qué pasó en los doscientos mil años entre el final del "longevo" Homo Erectus y el Homo Sapiens? ¿Cuál fue el paso evolutivo que determinó nuestra inteligencia actual?

   En ésas estábamos cuando visité a Lucy en el Museo del Hombre en París a finales de los años setenta. Había demasiadas preguntas sin respuesta todavía. ¿Se habrían contestado durante los últimos cuarenta años? Ahora lo veremos.

* * * * *

  

DESCUBRIMIENTOS EN LOS ÚLTIMOS CUARENTA AÑOS

     Lo primero que llama la atención es que en esos años la antigüedad de los homínidos aumentó bastante, desde los cuatro de entonces a los más de siete millones de años actuales, duplicando la de nuestra “Lucy”.

     Por otra parte, fueron apareciendo nuevos fósiles de homínidos, así como también se fueron rellenando los huecos en el entorno del Homo Sapiens (como anécdota, se distinguió un subgénero, el Homo Sapiens Sapiens, que hoy en día está en desuso, quizás por lo de ser “tan” sapiens).

  La tabla adjunta, los “Hitos de la Evolución humana”, es muy esclarecedora y recomiendo estudiarla en detalle. En la parte superior tenemos a los homínidos “no humanos” y en la inferior la rama que lleva al Homo Sapiens. En la banda de en medio está el “árbol genealógico” de esos siete millones de años desde el australopiteco más antiguo como ancestro nuestro (el Salehanthropus Tchadensis, de 7,2 millones de años de antigüedad) hasta la actualidad, marcando además las especies reconocidas y los vínculos entre ellas, así como las áreas de incertidumbre, que ya son menos. El tamaño de los cerebros pasaba de poco más de 350 cc a los 1400 cc del Sapiens.

     Entre los más antiguos, ya no están sólo los australopithecus, sino que nos encontramos con los ardipithecus. A mí me ha llamado poderosamente la atención un homínido en particular, el “Ardipithecus Ramidus”, de 4,2 millones de años de antigüedad, que andaba muy erguido (ningún parecido con los gorilas), con pinta muy humana, pese a estar cubierto de pelo, pero que en lugar de pies tenía también manos como los simios. ¿Sería éste el eslabón perdido? Pues tampoco. En 2017, no hace nada pues, se descubrió el cráneo de un homínido, de poco más de un año de edad, que tenía una dentición (de leche, claro) que no parecía ser de un simio: se le llamó “Alesi”. Sigue estando en debate si pudiera ser otro eslabón perdido; el problema es que se trata de un ejemplar único. La sorpresa está en su datación: ¡trece millones de años! ¿Otro salto, mucho más grande todavía?  A mi parecer, deberíamos quedarnos, al menos de momento, con los siete millones de años del primer ancestro.

Ardiphitecus Ramidus

     "Alesi"

   Vamos a irnos ahora al otro extremo, a los homínidos de menos de dos millones de años de antigüedad. He encontrado un gráfico muy ilustrativo:   

   Aquí observamos información adicional, respondiendo a la pregunta de “qué más” había en la larga época del Homo Erectus, enriqueciéndose el entorno con nuevos especímenes: el Homo Ergaster, el Antecessor, el Rhodesiensis y nuestro viejo amigo el Neanderthalensis. Dos observaciones: el de Neanderthal NO está en el camino del Homo Sapiens, pero hubo en Europa un cruce entre los dos, razón por la cual hoy tenemos genes de ambos. La otra observación es la mayor expansión del Homo Sapiens, abarcando tanto Africa, como Europa, Asia y hasta América. Esto me llamó la atención, pues es otra distinción relevante entre el Sapiens y todos los demás. Incluso yo diría que detrás hay una adaptación a condiciones climáticas, forzando a que las comunidades de Sapiens emigrasen cuando fuera necesario, lo que ayudó a su supervivencia y denotaba cierta inteligencia El ya mencionado Hombre de Cromagnon no es más que el Sapiens europeo.


   El paleomagnetismo es un método de datación alternativo, aprovechando el periódico cambio de polarización de los polos terrestres. En el gráfico de J. L. Arsuaga es de destacar que la frontera “simio-hombre” la coloca en el Australopithecus Anamesis y no en el Afarensis y, por el contrario, el Africanus está en la línea del hombre. Seguimos sin disponer de verdades absolutas, al parecer.

   Como resumen más simplificado, se muestran aquí las dos vías:



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EVOLUCIÓN DEL HOMBRE EN FUNCIÓN DE SU ENTORNO.

HISTORIA Y MITOS.

    Veamos ahora la evolución del hombre en función de su entorno, pues en épocas de glaciaciones, de grandes erupciones u otros desastres naturales, los homínidos se habrían visto forzados a abandonar sus lugares habituales. La mayoría de los datos provienen de fuentes de la Universidad de Kansas en 2014.

     Empezaremos por el Mioceno (entre 23 y 5,3 millones de años) en la que debieron aparecer los ancestros más antiguos, seguiremos por el Plioceno (entre 5,3 y 2,58 millones de años), continuaremos por el Pleistoceno (desde 2,58 millones de años atrás  hasta los 10.000 años a. C.) y finalizaremos en el Holoceno (desde 10.000 años a. C. hasta el presente).

 

    En el MIOCENO (23 - 5,3 millones de años) tuvieron lugar los últimos movimientos tectónicos de la placa terrestre:

-          Hace 23 millones de años, la placa árabe-africana se une a Asia

-          Hace 14 millones de años, la Antártida se separa de Sudamérica

-          Hace 13 millones de años es posible que haya surgido el ancestro más antiguo del hombre (cráneo de Alesi), sin confirmar. Al mismo tiempo, el clima mundial se hace más cálido, se secan las zonas continentales interiores y los bosques empiezan a convertirse en pastizales.

      Hace 7 millones de años, aparecen los primeros homínidos bípedos, como hemos visto.

   

  En el PLIOCENO (5,3 – 2,58 millones de años):

-          Hace 4,4 millones de años, aparece el Ardipithecus Ramidus, del que ya hemos hablado y me es tan simpático; la verdad es que me gusta como ancestro lejano. No estaría nada mal disponer de grandes pies como manos y poder hacer el Tarzán con soltura, además de ahorrarnos los zapatos; con dos pares de guantes nos arreglaríamos…

-           Hace 4 millones de años, Norteamérica y Sudamérica se unen por el istmo de Panamá, permitiendo el cruce de animales y plantas, así como de los primeros homínidos. Las corrientes oceánicas se vieron afectadas tras el aislamiento del océano Atlántico.

-        Hace 3,9 millones de años aparecen los primeros Australopithecus en la zona centro-oriental de África, extendiéndose durante 200.000 años por el norte de este continente.

-          Hace 3 millones de años se forma hielo en los polos y el clima global se hace más frío y más seco. Esto podría haber causado migraciones hacia el Ecuador. Hay mayor difusión de praderas y sabanas, facilitando aspectos como el pastoreo.


    En el PLEISTOCENO (2,58 mill.años – 10.000 a.C.)

-          Hace 2,4 millones de años aparece el Homo Habilis.

-          Hace 2 millones de años se generaliza la aparición de herramientas.

-     Hace 1,3 millones de años y hasta 800.000 años a.C. se produce  la Glaciación Sherwin, durante nada menos que 480.000 años. Un periodo tan largo de glaciación debió afectar a los Homo Erectus.

    Existe el mito de que en este periodo existía un continente entre América y Europa que se identifica con la Atlántida; no sería impensable que durante esta enorme cantidad de años (cerca de medio millón) y por causa de las glaciaciones floreciese una humanidad en ese continente con un clima más aceptable (coincidiría con las actuales Bahamas). Si tenemos en cuenta que la civilización humana reciente abarca unos 5.000 años en total (3.000 de las dinastías egipcias y 2000 más hasta hoy), se podría haber desarrollado entonces perfectamente una civilización de la que no hayan quedado restos; la glaciación habría durado cien veces más que esa potencial civilización, ¿no?. A veces se nos olvidan las escalas temporales. Quisiera dejar claro que no estoy defendiendo una “civilización atlante extraterrestre” ni nada parecido, sino planteando que en tal cantidad de años “cabe” perfectamente pensar en el desarrollo de una civilización que podría haber alcanzado un determinado grado relevante en cuanto a su inteligencia en un entorno climático más favorable y podría explicar muchas cosas que hoy en día siguen siendo misterios. Admito sin embargo que esto no es más que una especulación.

-          Entre 680.000 años a.C. y 620.000 años a.C. hubo una nueva glaciación, llamada de Günz-Nebraska. Dentro de este periodo (hacia 640.000 a.C.) se produjo una gran erupción supervolcánica, formándose Yellowstone.

-          530.000 a.C.: aparición del lenguaje en el Hombre Heidelbergensis; este hecho pudiera ser muy bien la causa del comienzo del desarrollo de la inteligencia más adelante en el Homo Sapiens, al poder comunicarse entre sí. Esto se relaciona con la aparición por mutación del gen FoxP2, que tiene que ver directamente con el lenguaje.

-          Desde 455.000 a.C. a 300.000 a.C. se produjo una nueva glaciación, conocida como de Mindel-Kansas, por un periodo nada despreciable de 155.000 años.

-          400.000 años a.C.: los homínidos cazan con lanzas de madera e instrumentos de piedra.

-          300.000 años a.C.: se hace uso controlado del fuego

-          230.000 años a.C.: los Neanderthales se difunden por Europa.

-         De 200.000 a.C.  a 130.000 a.C.: periodo glacial Riss-Illinois, de 70.000 años de duración, en los que se produjeron numerosas erupciones y terremotos.

-          160.000 a.C.: aparece el Homo Sapiens, hito trascendental.

-          130.000 a.C a 108.000 a.C.: periodo interglacial Riss-Würm, con un notable incremento de la temperatura ambiente. Con el deshielo de las zonas heladas, el nivel del mar aumentó unos 6 metros, convirtiendo a Europa en una marisma poco menos que inhabitable. ¿Más migraciones?

-          108.000 a.C.: nuevo periodo glacial (Würm-Wisconsin)

-          78.000 a.C.: los Homo Sapiens humanos no africanos se cruzan con los Neanderthales en Europa.

-          72.000 a.C.: Super-erupción del volcán Toba en Sumatra, emitiendo gran cantidad de dióxido de azufre. Se trata de una catástrofe de enorme magnitud que se propagó a nivel mundial, provocando la desaparición de gran cantidad de animales y humanos; el número de Homo sapiens en el mundo se redujo entonces a no más de 10.000 individuos.

-          70.000 a.C. Mito: el continente Atlántida quedó reducido a una isla.

-          68.000 a.C.: máximo glacial Tahoe. Se producen migraciones hacia zonas más cálidas.

-           38.000 a.C.: aparece el Hombre de Cromagnon en Europa, con características muy similares al hombre actual, incluso con un mayor cerebro y estatura. ¿Hito relevante para la evolución de la inteligencia?

-                   26.000 a.C.: extinción de los Neanderthales.

-                   24.550 a.C.: erupción supervolcánica del volcán Taupo en Nueva Zelanda.

-        20.000 a.C.: máximo glacial Tioga. El nivel del mar bajó del orden de 130 metros al contraerse el hielo. Esto debió de facilitar migraciones. En cuanto al mito atlante, podría haber sido una época buena para abandonar la isla.

-          17.000 a.C.: el hielo antártico comienza a derretirse lentamente, volviendo a subir las aguas del mar.

-          10.950 a.C.: Importante evento cósmico, que se ha asociado al impacto del cometa Clovis sobre la Tierra, con restos ya desintegrados por la atmósfera abarcando unos 90 km. de extensión entre América y Europa. La energía de impacto resultante fue así bastante más pequeña que la del impacto del asteroide de hace 65 millones de años en Yucatán, que acabó con los dinosaurios, aunque causó, sin embargo, importantes cambios orográficos, graves repercusiones en los seres humanos y animales, incluyendo la extinción de muchos mamíferos (mastodontes, mamuts, camélidos, osos de cara corta, tigre de dientes de sable, etc.) y una reducción importante de nuevo en la población humana (extinción de la cultura Clovis en América del Norte, por ejemplo). Este impacto causó un brusco enfriamiento en toda la zona marcada (YDB), de aproximadamente 1.300 años de duración, mucho menor que las anteriores, llamada “Glaciación Dryas Reciente” (Young Dryas).    (Fuente: universidad de Kansas, 2014).   

Glaciación Young Dryas 

    Es muy probable que esta rápida glaciación durante un milenio haya provocado migraciones en masa desde toda el área marcada hacia zonas más cálidas.

 

 Volviendo al mito de la Atlántida, la historia de Platón relacionada con el hundimiento brusco de la Atlántida menciona estas fechas (aprox. 11.000 a.C.); el cometa parece ser que impactó sobre el Atlántico en esta zona. Hay evidencias de gran número de nano-diamantes, que aparecen tras una gran explosión. El cometa pudo muy bien impactar directamente sobre la isla, causando su brusca desaparición. En el fondo del mar se encontraron rocas de taquilita, lava basáltica vítrea que se enfría fuera del agua a presión atmosférica; si se hubiera solidificado bajo el agua, sería cristalina y no vitrificada. Por lo tanto, esa zona estaba en la superficie antes del impacto.

                                                  Corriente del Golfo frenada por la isla 

Corriente del Golfo actual

   Hay algo más a tener en cuenta: el hundimiento de la Atlántida, que según Platón era bastante grande y con altas montañas, hizo posible que la Corriente del Golfo ya no quedase frenada por la isla, calentando entonces la zona del norte de Europa. Esto explicaría por qué Groenlandia está helada y que hacia la misma latitud está Noruega, que goza de un clima mucho más templado.

-           9450 a.C.: fin del periodo de glaciación “Würm-Wisconsin” (Young Dryas)

   Tirando nuevamente de imaginación, tras el cataclismo mundial por el impacto del cometa Clovis sobre el año 11000 a.C., se produce un periodo de glaciación sorprendentemente breve (1.300 años tan sólo), si se compara con las otras; parece ser que esto se debe al efecto de la mencionada y ya no frenada Corriente del Golfo, que aceleró el deshielo. En consecuencia, el nivel del mar subió del orden de 120 metros o incluso bastante más. Se considera esta fecha (9450 a.C.) como la más probable -científicamente hablando- para el Diluvio Universal, referenciado en muchas culturas. Es desde entonces que la forma de los continentes en las costas se adecúa a la actual. Este deshielo y subida de nivel de los mares afectó también a muchas zonas tierra adentro, provocando grandes inundaciones al penetrar el mar por los cauces de ríos; por ejemplo, el Nilo en Egipto. Una evidencia de ello es la Esfinge, que está situada en una zona más baja que las pirámides y se han descubierto rastros de haber estado sumergida por algún tiempo, sufrir incluso embates de olas y aparecer restos de pequeños animales marinos de esa época; análisis con el C14 lo cifran en alrededor del 14.000 a.C. Las pirámides de Gizeh se sitúan oficialmente hacia la cuarta dinastía egipcia (aprox. 2500 años a.C.), pero por su nivel tecnológico no encajan precisamente en esa época; si fueran resultado de una civilización anterior más avanzada (¿atlante?), se podrían llegar a asociar a esas fechas. El Sahara era por entonces un vergel.

     Y esto no es todo; tensando aún más el arco imaginativo, nos encontramos hacia el oeste con el misterio de las culturas sudamericanas desaparecidas.

    Antes del impacto del cometa Clovis, la supuesta cultura atlante se fue difundiendo con alta probabilidad fuera de la isla, al menos hacia Perú y Bolivia. Existen muchas similitudes con la egipcia. Una posible muestra de ello es la cultura de Tiahuánaco; según los profesores Arthur Posnansky y Rolf Müller, el inicio de la construcción de Tiahuanaco estaría alrededor del año 15.000 a.C., siendo llamada “la ciudad más antigua del mundo”. Tras la finalización de esta ciudad, sobrevinieron según ellos una serie de cambios geológicos hacia el 11.000 a.C. -vuelve a coincidir con la fecha del impacto del cometa Clovis- que comenzaron a separar cada vez más la ciudad de la costa del actual lago Titicaca. Posnansky cree que la civilización de Tiahuánaco apareció alrededor del 14.000 a. C. y que posteriormente se produjo un fenómeno geológico de grandes proporciones que fraccionó la cordillera de los Andes, seguida de una elevación de la región del lago Titicaca “hace unos diez mil años”, colocándolo donde está hoy. Si nos apoyamos en leyendas, cuentan que Tiahuanaco “fue levantada en una noche“ por unos extranjeros misteriosos de piel blanca y barbudos, que se llamaban a sí mismos “Hijos del Sol“. La leyenda dice que llegaron allí para difundir su civilización e impartir sus conocimientos; esto coincide con la descripción de Viracocha por los incas. ¿Sería Viracocha un atlante? Tiahuánaco estaba situada a la orilla del mar, pues se ha descubierto una línea de sedimentos marinos que se extiende sin interrupción durante setecientos kilómetros. Además, el lago Titicaca es salado porque es el último resto de un océano desaparecido. Los muelles del puerto de Tiahuanaco existen todavía y se encuentran sobre la línea de sedimentos, encontrándose por allí fósiles marinos, al igual que en Gizeh.

    En cuanto a los ancestros de Egipto, en el Papiro de Turín se mencionan los “Neters” (dioses), los héroes y reyes y los “Shemsu-Hor”, anteriores a las primeras dinastías egipcias oficiales. Encajando el rompecabezas, resulta un gráfico como el siguiente:       


          
                                                  Egipto predinástico. Hipótesis.

    ¿Por qué cuento todo esto, que no está probado científicamente? Pues sencillamente para exponer una alternativa al gran salto evolutivo que dio el Homo Sapiens en los comienzos del Holoceno (hacia 10.000 años a.C.). La aparición del ser humano civilizado debió suceder muy poco tiempo después de estas fechas, como muestran las ruinas de ciudades como Catal-Huyuk en Turquía o Jericó.

    La secuencia es:

    HOLOCENO: De 10.000 a.C., hasta el Presente.

-           7.050 a.C.: Comienza la fundición de metales. Jericó.

-           3.350 a.C.: Edad del Bronce

-           3.050 a.C.: Desarrollo de la escritura. ¡Comienza la Historia!

-           1350 a.C.: Edad de Hierro

-             280 a.C.: Arquímedes avanza las matemáticas

-           1700 d.C.: Comienza la Revolución Industrial.

                                                            * * * * *

 

CONSCIENCIA E INTELIGENCIA

    La pregunta del millón es ¿qué pasó para que de golpe la inteligencia humana se desarrollase de manera tan súbita tras medio millón de años desde la aparición del lenguaje con el Homo Heidelbergensis? ¿Se trata de un desarrollo lento desde entonces?

 

    J.L.Arsuaga expone la idea de la emergencia natural de la inteligencia humana a partir de la reestructuración y expansión del cerebro posibilitada por el aporte energético que proporcionaría el consumo de carne. Homo Habilis y Homo Rudolfensis son los primeros homínidos de quienes tenemos certeza que consumían carne de animales, procedentes del carroñeo. La sustitución de una dieta casi exclusivamente vegetal, muy rica en celulosa, por otra en la que la carne, rica en proteínas, desempeñaba un papel esencial, permitió que aumentara el volumen del cerebro y disminuyera la longitud de los intestinos. Sin embargo, tampoco es del todo cierto que el aumento de tamaño del cerebro esté directamente relacionado con la inteligencia; por ejemplo, el ser humano actual ha sufrido una disminución del volumen desde el Hombre de Cromagnon, debido a vivir en sociedad y poder apoyarse en otros seres humanos. Siguiendo la Tª de la Evolución, el hombre ya no necesitaría tanto volumen cerebral y el aumento del intelecto estaría asociado a una cierta disminución del volumen cerebral. Los humanos del Mesolítico (hace unos diez mil años) presentaban una media de encefalización de 1593 cc. los varones y 1502 cc. las hembras; en cambio los hombres actuales tienen un promedio de 1436 cc. y las mujeres 1241 cc.

   "Nunca habrá acuerdo universal sobre una definición de la inteligencia, porque es un vocablo abierto, lo mismo que Consciencia". Por su parte, Arsuaga sostiene que: "eso que llamamos “inteligencia” es un concepto de difícil definición y muy problemática medida". Esta dificultad facilita la confusión, de ahí que algunos científicos sostengan que ciertas especies de animales tienen inteligencia, mientras que otros la restringen exclusivamente al género humano.

    Todas estas disquisiciones quedarían simplificadas de un golpe si asumiésemos que la inteligencia  y consciencia humanas se desarrollaron en el cerebro por intervención divina, pero no debemos olvidar tampoco la aparición de mutaciones por causas externas que también podrían iniciar el proceso.

   Somos libres de especular y de suponer todo lo que queramos, pero hemos de ser conscientes de que debemos de distinguir entre lo que es un escenario evolutivo hipotético de lo que es una verdad científica firmemente establecida, y lo cierto es que la ciencia no puede determinar con exactitud empírica cómo surgió la inteligencia humana. Para Darwin, la evolución de la mente humana no difería sustancialmente de la evolución del cuerpo. Era, por lo tanto, un proceso lento y continuo, un avance a base de pequeños pasos y mucho tiempo por delante para recorrer el largo camino evolutivo que separa al mono del hombre... Otros simplemente no podían admitir que las facultades intelectuales y morales del hombre, tan elevadas, fueran un producto de la evolución gradual, y que nos hubiéramos ido haciendo seres humanos poco a poco: debía tratarse entonces de un único gran salto cualitativo, que no se podía explicar por una lenta acumulación de múltiples pequeños cambios.

    Investigaciones recientes han asociado datos del Biobanco del Reino Unido, comparando variantes de ADN de más de 240.000 personas. Su análisis identificó 538 genes vinculados a la capacidad de resolución de problemas y 187 regiones del genoma humano que están relacionadas con habilidades de pensamiento. Curiosamente, algunos de estos genes también están vinculados a otros procesos biológicos, como una vida más larga, por lo que parece que la inteligencia y la salud podrían ir de la mano.

   Ante esta situación tan poco definida, añadir una nueva especulación basada en que la inteligencia se formó en una civilización desconocida por parte de los habitantes de Atlántida, que a su vez fueron capaces de desarrollar la suya propia, ya no resulta algo tan descabellado. Recordemos de nuevo que 5.000 años de desarrollo de una civilización en medio de una larga época de 480.000 años de la glaciación Sherwin, se podría producir en cien ocasiones; tras el hundimiento de la isla no habría quedado ni rastro, excepto lo que hubieran aportado a las civilizaciones egipcia y sudamericana.

   En resumen, seguimos sin saber la verdad sobre la forma y el momento en que nos hicimos conscientes e inteligentes; cada cual puede quedarse con cualquiera de las razones expuestas u otras nuevas.

                                                 Homo Ramirensis

                                                                 KS, junio de 2021

4 comentarios:

  1. Unos datos y unas reflexiones sumamente interesantes. Como siempre, me lo he pasado muy bien con las cosas que cuenta Kurt.

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    1. Gracias, Alfonso. Me alegra que haya despertado tu interés. Pretendía hacer un artículo la mar de "mono", y así me ha salido.

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  2. Muy interesante. Supongo que tendrás algunos datos sobre la posible procedencia de seres como El Yeti o Bigfoot que para algunos serían restos no extintos de alguna rama de los primates. Robustus? Gigantopithecus?. Puestos a elucubrar ....

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  3. Una estupenda observación, Juan Miguel, que se podría relacionar con la extinta cultura Clovis americana en el caso del Bigfoot. Sin embargo, no tengo ni he leído datos a este respective, de forma que seguimos en niveles de especulación y elucubración. Insisto, sin embargo, que nos olvidamos muchas veces de la escala de tiempos; si lo relacionamos con las teorías de la evolución, creo que no es impensable que un ser cien o cien mil veces más antiguo pudiera no haber necesitado evolucionar (por ejemplo, el caso del Yeti en Asia) y conserve ciertos rasgos de mi amigo el Ardipithecus Ramidus o del Chewbaka de la Guerra de las Galaxias. Ahora bien, que hoy en día se puedan encontrar seres como estos sin evolucionar durante 4 millones de años, me parece que es de una probabilidad muy, muy remota. Sería encantador; no hay más que ver lo bien que ha caído Chewbaka entre los niños, a los que les gustaría tener un amigo así en casa.

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