... POR KURT SCHLEICHER
Científicos alemanes a principios del
siglo XX
Los físicos alemanes (desde
Roentgen, primer premio Nobel de física en 1901) alcanzaron gran prestigio internacional.
Fue la cuna de muchos de ellos, comenzando por Albert Einstein y otros premios
Nobel de Física, como Max Planck, Johannes Stark, Otto Hahn, Werner Heisenberg,
Anton Lenard y Walther Bothe.
En los años veinte y treinta se
interesaron en la comunidad científica internacional por el desarrollo de la
energía nuclear: Niels Bohr, Otto Hahn, Lise Meitner, Otto Frisch, Enrico
Fermi, Irene y Frederick Joliot-Curie, Wolfgang Pauli, Robert Oppenheimer,
Walter Bothe, Erich Bagge, Karl Friedrich von Weizsäcker, Karl Wirtz, Paul
Harteck, Manfred von Ardenne, Fritz Strassman, Leo Szilard, Edward Teller… y un
aerodinámico austriaco, Herbert Wagner.
Destacaban en este campo los
científicos alemanes, como se puede observar.
•
Bastantes de estos físicos eran
judíos o tenían ascendencia judía, y empezaron a emigrar especialmente a EEUU a
partir de 1933, cuando Hitler subió al poder. Uno de cada cuatro físicos
germano-judíos tuvieron que dejar su país; en total, más de dos mil
académicos abandonaron Alemania. Ejemplos: Einstein, Lise Meitner, Frisch,
Szilard, Teller, etc. Muchos de ellos se
integraron después en el equipo del proyecto Manhattan (en USA, desde
1942) dirigido por Robert Oppenheimer.
Otto
Hahn y su equipo (Liese Meitner y Fritz Strassman) investigaban desde 1934 los
procesos de fisión del uranio, bombardeando con neutrones rápidos y lentos,
obteniendo 10 especies radioactivas nuevas (transuránidos). Lise Meitner
abandonó el equipo en julio de 1938 por la persecución nazi a los judíos. Poco
después, en diciembre de 1938, Hahn y Strassman irradiaban uranio con neutrones
lentos y obtuvieron un elemento que supusieron era un isótopo del Ra. Como el uranio es el elemento 92 y el radio
el 88, tenían que haberse producido 2 partículas alfa; investigando el supuesto
radio, encontraron que el elemento era bario y no radio. Gran sorpresa, pues el
número másico del bario (137) era del orden de la mitad del del uranio (238).
¡Se había escindido en dos!
Descubrieron así el proceso de fisión del núcleo del uranio.
Otto Hahn
Lise Meitner
Otto Frisch
Fritz Strassmann
Werner Heisenberg
K.F. von Weizsäcker
Paul Harteck
Walther Bothe
Erich Bagge
Walther Gerlach
Kurt Diebner
Herbert Wagner
•
Tras contactar poco después por
carta con Lise Meitner, ésta se reunió en marzo de 1939 con su sobrino Otto
Frisch y se dieron cuenta de que dos núcleos formados por la división de un
núcleo de uranio eran más ligeros que el núcleo del uranio original en torno a
un quinto de la masa de un protón. Y como la masa que desaparece se convierte
en energía según E=mc2, y un quinto de la masa de un protón era equivalente a
200 MeV, vieron que este valor coincidía con las mediciones. ¡Todo encajaba!
•
Se había descubierto una nueva
fuente de energía; para poder aprovecharse de ella, habría que descubrir una
forma de controlar estas reacciones. Por este asunto se interesó Werner Heisenberg, convirtiéndose en su objetivo
lograr construir un reactor nuclear.
•
En Abril de 1939 se formó en
Alemania el “Uranverein”, a nivel
universitario y patrocinado por el Ministerio de Cultura alemán. En el grupo
estaban, entre otros, sus miembros más insignes, Heisenberg y Hahn. Los objetivos
eran:
1:
la producción de un reactor nuclear
2:
formar un grupo de investigación en el ámbito atómico en Alemania
3:
controlar las informaciones que se produjesen.
•
El 24 de abril de 1939, Paul
Harteck mandó una carta al jefe de la oficina de investigación del ejército,
Erich Schumann, perteneciente al Heereswaffenamt (HW), en el que se cita
por primera vez la posibilidad de fabricar una bomba. Nadie hizo mucho caso,
hasta que estalló la guerra en septiembre, resucitándose esta carta.
•
Otto Hahn declaró que antes se
suicidaría que colabaorar en una bomba así. Heisenberg no fue tan drástico,
pero -al parecer- manifestó que habría que entorpecer cualquier acción dirigida
a fabricar una bomba y que había que dedicarse exclusivamente al reactor
nuclear. Von Weizsäcker dijo que habría que investigar, pues no se podía dejar
que otros se adelantasen, ya que el asunto era conocido en la comunidad
internacional.
•
En el otro lado del atlántico,
las noticias del descubrimiento de la fisión y la energía asociada causó gran
expectación, pues estaban corriendo fuertes rumores de que podría estallar una
guerra por las continuas provocaciones de Hitler. Enrico Fermi, en la
universidad de Columbia, su puso a
trabajar en un reactor nuclear en EEUU, así como los Joliot-Curie en Francia en
un ciclotrón.
EL TEMOR AMERICANO
•
Albert Einstein, motivado por
Leo Szilard y Edward Teller, escribió una carta al presidente Roosevelt en agosto
de 1939 advirtiendo que se había abierto la posibilidad de producir armas
nucleares tras este descubrimiento alemán y además que temía que los alemanes
tuvieran intenciones malévolas al haberse hecho cargo de las minas de uranio
en Checoslovaquia tras la reciente invasión de este país.
•
Tras esta carta y como la guerra
no había estallado todavía, se pusieron
en marcha por los americanos acciones para localizar a los científicos alemanes
huidos, para coordinarse e iniciar acciones de investigación.
•
A partir de septiembre de 1939,
aunque EEUU no estaba todavía en guerra con Alemania, se tomaron estas
iniciativas con mayor interés , pero no fue hasta diciembre de 1941 tras el
ataque a Pearl Harbour que se tomara alguna acción por parte americana. (El Proyecto
Manhattan se inició poco después, en 1942, poniendo a cargo a Robert
Oppenheimer bajo la supervisión militar del general Leslie Groves).
•
En diciembre de 1939, Heisenberg
confirmó en Alemania que el Uranio 235 era el más indicado para originar la
fisión, pues el mucho más abundante U-238 frenaba el proceso de fisión del
primero y además absorbía los neutrones rápidos, paralizando la reacción en
cadena. Al mismo tiempo, con neutrones lentos, descubrió que se precisaba un
moderador para controlar el proceso, que podría ser grafito o agua pesada (el
helio se descartó desde el principio)
LOS ERRORES DE HEISENBERG
Ø
En diciembre de 1939, Heisenberg
preparó un informe declarando que para conseguir una reacción estable, el
reactor debería ensamblar nada menos que 1000 kgs de grafito (o 600 litros de
agua pesada) con 1 a 2 toneladas de uranio. La realidad era que bastaba con 50
kg de uranio. Nadie se atrevió a contradecir estos cálculos; ¡era el jefe!
Ø
Tras los experimentos fallidos
de Walther Bothe, el grafito como moderador quedó descartado por absorber
neutrones con demasiada facilidad, sin saber que la causa era que el material
usado en sus experimentos estaba en estado impuro. Esto llevó a Heisenberg a
preconizar el agua pesada como moderador, pues no se le ocurrió cuestionar los
resultados de un reputado científico como Bothe.
Ø
El ejército alemán se interesó
entonces por el Uranverein tras la carta de Paul Harteck de abril y puso
en marcha el 16 de septiembre de 1939 un
“2º Uranverein” en el que ya se debía estudiar la posibilidad de
fabricar una bomba atómica, bajo el mando del físico Kurt Diebner y el control
militar de Erich Schumann.
Ø
Fueron reclamados (léase
obligados) la mayoría de los científicos involucrados, empezando con Werner
Heisenberg, su ayudante Klaus Friedrich von Weizsäcker, Otto Hahn (que se hizo
el ”longuis” todo lo que pudo), Hans Geiger (el del contador, que tenía mucho
interés en avanzar lo de la bomba), el propio Paul Harteck , Walther Bothe (el
del fiasco del grafito) y Erich Bagge, entre otros. En general, ninguno se sentía
muy animoso y al parecer (?) se confabularon para hacer boicot al objetivo de
la bomba y concentrarse tan sólo en el reactor nuclear. Hubo en total unos 70
científicos, la mayoría más interesados en librarse de ir a la guerra que de
progresar en las investigaciones.
Ø
Nótese que este 2º Uranverein
con supervisión militar se había puesto en marcha tres años y medio
antes que el americano, que también estuvo bajo control militar del general
Groves y a cargo de Oppenheimer, como el “Heisenberg” americano.
Ø
Estando los alemanes limitados
al agua pesada como moderador, la única fábrica existente era Norsk Hydro en
Noruega. En febrero de 1940, los noruegos decidieron enviar lo que tenían a los
franceses (Joliot-Curie) para evitar que cayera en manos alemanas; cuando los
alemanes entraron en Francia en junio de 1940, se encontraron que el agua
pesada ya se había “evaporado” con destino a Inglaterra.
Ø
El Uranverein decidió
entonces poner a punto el ciclotrón francés de Joliot-Curie. Necesitaban U-235
para la fisión; fabricar una bomba a base de U-235 puro era muy difícil de
conseguir en las cantidades requeridas (sólo hay un 0,7% de éste en el U-238).
El grupo de Hahn había logrado producir el elemento 93, que Von Weiszäcker
comprendió que era tan fisionable como el U-235 y que sería una posible
alternativa. El elemento sería el Plutonio 239, que tenía varias ventajas: se
aprovecha el U-238, no hay que enriquecer el uranio y la masa crítica para una
posible bomba sería del orden de 1/3 que con el U-235.
Ø
Con Francia ocupada por los
alemanes, el Uranverein trataba de hacer funcionar desde julio de 1940 el
ciclotrón francés de Joliot-Curie, a la vez que montaban un reactor de grafito
disimulado en un instituto de biología (la llamaron la “Casa del Virus”).
Los experimentos fallaron. Se preparó
otro en Leipzig y también falló, con lo que se
desechó definitivamente el grafito como moderador. Walther Bothe , en
Heidelberg usó agua pesada; no tuvo éxito, pero los resultados fueron
“esperanzadores”.
Ø
Los alemanes estaban condenados,
por lo tanto, a depender del suministro de agua pesada, pero no había
suficiente ni de lejos (se hizo un pedido de 1500 kg -la producción de un año de Norsk Hydro - y sólo se recibieron 860 kg ya a finales de
1942, muy tarde)
Ø
Aunque Alemania disponía de
varias fuentes de obtención de uranio (Checoslovaquia, Congo Belga…), no era
suficiente para considerar la alternativa del U-235; para la del Pu-239
necesitaban todavía más agua pesada. Se pensó en hacer una fábrica adicional de
agua pesada en Alemania, pero era inviable económicamente. Total, el proyecto no avanzaba nada, aparte
de la potencial confabulación para ralentizar los avances hacia una bomba.
Ø
En este “impass”, Werner
Heisenberg visitó en septiembre de 1941 a Niels Bohr, su amigo y antiguo
mentor, en Copenhage. Allí no se entendieron, pues la versión de Heisenberg era
que él pretendía de Bohr que convenciese a la comunidad aliada de que en
tiempos de guerra no se fabricasen bombas, pues él ya había comprobado que era
factible hacerlas, aunque estaba atascado. La versión de Bohr era que
Heisenberg lo que quería era que nadie hiciera sombra al desarrollo alemán para
que éste llegase antes que los aliados, si es que éstos hacían algo. Ambas
versiones eran posibles. Durante esta visita, Heisenberg le comentó a Bohr con
un dibujo muy simple cómo podría ser un reactor nuclear a base de barras de
grafito, esquema que éste se llevó después a los EEUU.
Werner Heisenberg con Niels Böhr en Copenhague, Sept. de 1941
•
En Alemania, los militares de la
HW (Schumann) llamaron a capítulo al Uranverein el 16 de diciembre de
1941 a ver cómo iba lo de la bomba; asistieron Heisenberg, Hahn, Harteck y
Bothe, quienes admitieron que no habría resultados a corto plazo, con lo que el
HW se retiró de la investigación, frenando aún más el desarrollo. ¿Lo hicieron
aposta?
•
En febrero de 1942, el Uranverein
entregó otro informe al HW en el que afirmaba que la construcción de una bomba
un millón de veces más potente que su mismo peso en dinamita era posible o bien
con U-235 o con Pu-239, usando de 10 a 100 kg de material fisionable. Y que
podría ser del tamaño “de una piña”.
•
Al mismo tiempo, Heisenberg tuvo
éxito con una prueba a pequeña escala (esfera de 80 cm de diámetro con dos
capas de uranio separadas por 140 kg de agua pesada, obteniendo un 13% de
multiplicación de neutrones) que demostraba que un reactor de 5T de agua pesada
podría dar una reacción autosostenible.
•
En abril de 1942, Heisenberg fue
nombrado director del Instituto Kaiser Wilhelm de Física, por lo que se
convirtió en la máxima autoridad científica nuclear en Alemania.
•
Es curioso constatar que Fermi
estaba trabajando en Chicago en un reactor nuclear de barras de grafito puro,
que tuvo éxito un año más tarde de la entrega del croquis de Heisenberg, con el
que coincidía, haciendo funcionar el primer reactor de la historia a finales de
1942. ¿Fue casualidad o Heisenberg le
quiso engañar, suponiendo que con el grafito no funcionaría? En cualquier caso,
Fermi sí se dio cuenta del problema de la pureza del grafito.
•
El 9 de junio de 1942, el
ministro de armamento del III Reich, Albert Speer, preguntó al Uranverein
en reunión oficial si se podría conseguir en 9 meses una bomba de tamaño
manejable con la potencia destructora de 1 millón de veces el de la dinamita, a
lo que contestaron con un rotundo “no”. Afirmaron que primero había que
desarrollar el reactor, y luego la bomba, por este orden. Speer aceptó esta
condición. Se llegaron a construir 4 reactores experimentales (en Berlin, Heidelberg
y Leipzig), aunque más tarde se desarrolló alguno más (En alguna referencia he
leído que se desarrollaron hasta diez).
El ejército alemán estaba por
entonces fracasando en la campaña de Rusia y el soporte financiero de Speer se
redujo a poco más de un millón $ para el desarrollo del reactor, que también
quedó ralentizado, aparte de que la credibilidad en la bomba se redujo aún más
y Speer decidió de acuerdo con Hitler intensificar entonces la financiación de
las Wunderwaffen en el área de cohetes (V-1 y V-2) y aviones a reacción
(Me-262), abandonando toda idea de bombas atómicas a tiempo para la guerra.
Al parecer, los físicos alemanes respiraron aliviados y se conformaron con el
escaso presupuesto para continuar con los reactores nucleares (y con muy poca
agua pesada)
•
(NOTA: El plan de los militares
alemanes había sido lanzar una bomba atómica sobre Nueva York y el de los
militares americanos en lanzarla sobre Berlín (¡!), De todas formas, el salvaje
bombardeo de Dresde en febrero de 1945 fue igual de brutal que la bomba atómica
sobre Hiroshima en agosto de ese año).
•
Heisenberg, con su exiguo
presupuesto y ya sin la presión de los militares para la fabricación de una
bomba (¡éstos no sabían nada del proyecto Manhattan, pues en caso contrario, la historia hubiera sido
otra!), continuó desarrollando “su” reactor. El cuarto reactor, el de Leipzig,
llamado L-IV, tuvo una fuga y explotó el 23 de junio de 1942, causando
numerosas víctimas, salvándose Heisenberg de milagro.
•
Los bombardeos aliados se fueron
intensificando sobre Alemania desde 1943, especialmente donde se podía
sospechar que podrían esconderse experimentos atómicos alemanes. Todavía se
construyeron dos reactores más, uno en Berlín y otro en un lugar secreto a
salvo de bombardeos, en Haigerloch, que estuvo a punto de lograr una reacción
auto-sostenida.
•
Los americanos tuvieron éxito
con su reactor nuclear (el de Fermi) a finales de 1942 y en esta misma fecha
lanzaron a toda velocidad y sin límites de financiación su Proyecto
Manhattan de bomba atómica, temiendo que los alemanes ya les llevarían
delantera. ¡Y encima lo hicieron básicamente con científicos alemanes o
austriacos huidos de la persecución nazi…! Por ejemplo, Otto Frisch, el sobrino
de Lise Meitner, diseñó el mecanismo de detonación de la bomba americana.
En Abril de 1945, las tropas americanas
encontraron un reactor nuclear en el sur de Alemania, en un sótano de una
cervecería debajo del castillo de Haigerloch cerca de Tübingen, bajo la
dirección de Heisenberg y seguramente instalado allí para escapar de bombardeos
aliados. El concepto era relativamente simple: dados de uranio colgados del
techo prestos a sumergirse en un depósito cilíndrico rodeado de agua pesada,
pudiendo controlarse la velocidad de reacción por diversos métodos. Si se
hubiese puesto en marcha de forma incontrolada, podría haberse producido una
explosión “sucia” estilo Chernobyl. Hoy en día es un museo.
Castillo de Haigerloch Museo
Reactor de Haigerloch
•
El Servicio Secreto americano
organizó una misión llamado “ALSOS” desde 1943 hasta finales de 1945
para determinar primero qué científicos alemanes estaban envueltos en
investigación nuclear, a la vez que determinar dónde estaban en sus
investigaciones. Hasta 1945 obtuvieron pocos resultados; en esta época (abril
de 1945) se descubrió el reactor de Haigerloch. Lograron también tiempo antes
contactar con Walther Bothe en Heidelberg, quien les pasó bastante información.
•
Hacia el final de la guerra en
1945 se lanzó por los aliados la “Operación Epsilon”, que consistía en
coger prisioneros a los más destacados científicos nucleares alemanes y tenerlos vigilados
controlando además sus conversaciones, recluidos en un lugar aislado (Farm
Hall). Fueron hechos prisioneros entre el 1 de mayo y el 30 de junio de
1945; eran los siguientes: Heisenberg, Von Weizsäcker, Hahn, Bagge, Diebner,
Harteck, Wirtz, Korsching, Von Laue y
Gerlach.
De las conversaciones, parecía decantarse efectivamente que ninguno
estaba entusiasmado por lograr una bomba atómica, más aún, se hablaba de
conspiración para no lograrla, que sí querían poner en funcionamiento un
reactor nuclear y que estuvieron muy cerca. Que no creían que otros lograsen
antes de mucho tiempo una bomba; de ahí que, cuando se enteraron allí que el 6
de agosto del 45 se lanzó la primera
bomba sobre Hiroshima, no se lo podían creer.
Reflexiones y curiosidades
•
Es curioso constatar que las
bombas americanas desarrolladas en “Los Álamos” fueron de dos tipos; una de
U-235 y otra de Pu-239, lo que indica que los caminos de investigación (aún sin
aparentes contactos, al menos por parte de americanos a alemanes) fueron
bastante paralelos, pues el de U-235 puro fue dejado a un lado por falta de
uranio y el del Pu-239 fue patentado por Von Weizsäcker.
•
La primera bomba americana
lanzada sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945, “Little Boy”, era de
U-235 y no había sido ensayada previamente, mientras que la segunda, “Fat-Man”,
la que se lanzó sobre Nagasaki tres días más tarde, estaba basada en Pu-239,
igual que la ensayada en Nuevo México el 16 de julio de 1945 en el ensayo “Trinity”.
¿Hubo filtraciones de alemanes a norteamericanos?
•
Existe mucha “rumorología”
todavía respecto al comportamiento de los científicos alemanes, que no ha sido
debidamente aclarada y no existe, pues, una postura oficial al respecto; no
sólo eso, sino que se han formado muchas leyendas alrededor de las llamadas “Wunderwaffen”
y el nivel tecnológico nazi en 1945.
•
Personalmente creo que todo
indica que, en conjunto, no existió ningún “afán” de estos científicos por
construir la bomba atómica germano-nazi, aunque las posturas personales de cada
uno eran diferentes. Desde un pacifista
Otto Hahn, que no quería saber nada de la bomba, hasta un Kurt Diebner que le
pusieron a cargo al principio para desarrollarla o un Hans Geiger que insistió
machaconamente en hacerla, hay muchos matices. Heisenberg, el “jefe” de todos
ellos, siempre insistió en que hizo lo posible (?) para evitar su fabricación.
Von Weizsäcker también, pero matizando que como “otros” lo lograrían, que
habría que avanzar en ello. El aerodinámico Dr. Herbert Wagner opinaba que
había necesariamente que hacerla y hasta diseñó aviones no tripulados para
poder llevarla a cualquier rincón del Globo; tras la guerra, estuvo asalariado
por los americanos desarrollando cohetes y sistemas de navegación. Lo que
parece indudable es que el avance de las investigaciones fue muy lento, no sólo
por falta de motivación, sino por falta de medios, material y por la falta de
expectativas de tener una bomba disponible antes del fin de la guerra.
•
La gran escasez de agua pesada contribuyó mucho; los
aliados lo sabían y en febrero de 1943 sabotearon la fábrica Norsk Hydro en
Noruega, pero sólo lograron interrumpir la fabricación por dos meses. Fue
bombardeada con poco éxito en noviembre de 1943. Los alemanes decidieron un año
más tarde llevarse toda el agua pesada que estuviera disponible, pero un
partisano noruego hundió el ferry que la llevaba en febrero de 1944, lo cual ya
sí que constituyó una debacle. Habría que haber levantado un monumento al tal
partisano; fue el que más daño hizo a la evolución de una bomba alemana.
•
En una de las biografías de
Canaris, el jefe del Abwehr, leí
que el barón Ernst von Weizsäcker, el padre del físico, era íntimo amigo de
Canaris y estaba asimismo desde su puesto de diplomático en el gobierno nazi
entre los conspiradores para derrocar a Hitler. Canaris conoció por tanto por
vía casi directa de la investigación atómica alemana y se propuso “estorbarla”
en la medida de sus posibilidades, para que una bomba así, que el hijo de su
amigo estaba seguro de poder conseguir, no llegase a buen término. Lo que hizo
o no hizo para ello son especulaciones…
•
Otras Wunderwaffen.
Sobre el potencial tecnológico nazi a
finales de la guerra, existen multitud de especulaciones y hasta leyendas.
Aparte de las armas conocidas y que entraron en servicio, cohetes V-1, V-2 y
los aviones a reacción (Me-262) o con
motor cohete (Me-163), otros muchos desarrollos se quedaron en el tintero o en
fase de prototipo. Por ejemplo, cohetes de varias etapas o de seguimiento por
radar, como el Henschel He-117, alas volantes como el Horten Ho 229 o Ho-IX con
difícil detección por radar, fortalezas volantes como el Ju-390, tanques de
nueva generación, submarinos con “Snorkel” para largas inmersiones de la serie
21 y 23, cañones gigantes de más de una tonelada, etc. Incluso hay historias
sobre desarrollos de “platillos volantes” (ver al final) y avanzadas
tecnologías.
Henschel He 117 El Ho-IX llevado a los EEUU en 1945
HO-IX ala volante
“Die Glocke” y el “Proyecto
Haunebu”
La Campana (“Die Glocke”) era
un artefacto volante de unos 3 metros de diámetro y 4 m. de altura que se
desarrolló en unas minas cerca de Breslau (hoy Wroclaw) en Polonia, con dos
cilindros contra-rotatorios llenos de un material (¿radioactivo?) similar al
mercurio. Según cuentan, tenía un radio de acción de 150 a 200 metros (¿a poca altura?). Lo curioso es que Walther Gerlach, uno de
los científicos nazis internados en Farm
Hall, fue un experto en polarización magnética, investigó la levitación
magnética, premio Nobel por el descubrimiento del spin del electrón
(¡experimentando con mercurio!) y experto en resonancia magnética, que tantas
aplicaciones tiene hoy en día. Fue el responsable técnico de la “Glocke”, según
varias fuentes. Se cuenta que “la Campana” se llevó a EEUU, a la base de Wright-Patterson,
y que se siguió experimentando en vuelo, con accidente y todo.
En cuanto a los “platillos” ya se
inició su estudio en 1939 o incluso antes y todo desapareció en 1945. Hubo dos
proyectos con dos diferentes tecnologías: el soplado por efecto Coanda (reproducido
tras la guerra: Avro Canada “Avrocar”, con poco éxito) y los de levitación magnética
(la especialidad de W. Gerlach), de los
que no hay ninguna evidencia práctica (Proyecto Haunebu). Se cuenta que
el general a cargo del desarrollo (Hans Kammler, desaparecido tras la guerra)
fue llevado en secreto con su artefacto a EEUU (o a Argentina, según otras
fuentes), donde “alguien” pretendería desarrollarla. De ahí a relacionarlo con
los avistamientos de OVNIS en 1947 o el “misterio de Roswell” donde se
estrelló un UFO de ésos, hay un paso… Y
de ahí también al esoterismo nazi y la leyenda.
Walther Gerlach La Campana
Gen. Hans Kammler
De la película Iron Sky 2012
Se cuentan historias como la
existencia de una base nazi en la
Antártida, donde recalaban estos “platillos volantes”, que “atacaron” en 1947 a
la flota americana del almirante Richard E. Byrd...
Pero eso ya será motivo de otra presentación.