viernes, 27 de junio de 2014

STRAPS OR NOT STRAPS, THAT´S THE QUESTION

  
 (¿Tirantes o no tirantes?  Ésa es la cuestión…) …  por Kurt Schleicher.

    Como acabamos de entrar en el verano, se me ha ocurrido que es el momento más apropiado para colocar en el blog algún artículo que sea ciertamente “refrescante” y que simplemente tenga el propósito de hacernos sonreír.
  En cierta forma es un artículo de actualidad, pues el “leit motiv” ha venido de la mano de un artículo aparecido en El Mundo el 26 de Junio 2014 y cuyo acceso es:
  Efectivamente, tenemos ante nosotros un auténtico fenómeno de la naturaleza, cosa que nuestros corazones masculinos sabrán apreciar debidamente. Probablemente en otros tiempos nos hemos visto confrontados con fenómenos similares, pero es probable que la memoria nos esté jugando ya malas pasadas, de forma que un suave recordatorio no estará de más.
    La protagonista se llama Kim Noel Kardashian, bien conocida por la extrema pureza de sus curvas; en cualquier caso, el nombre es lo de menos, aunque eso de llamarse “Noel” debe ser porque ha sido un regalo de Navidad. O para adviento, porque no cabe duda que es también un advenimiento.
  Al ver la foto que expongo a continuación, aparte de las consabidas y ya un poco remotas sensaciones que nos origina, resulta que, al afinar la mirada con ojo crítico profesional, se me aparecieron una serie de atavismos ingenieriles prejubilares, de forma que dedico este artículo especialmente a los de ciencias y en especial a los ingenieros de estructuras. Bueno, a los arquitectos también, que hay bastantes en nuestra Promoción, y que sabrán apreciarlo doblemente en sus aspectos artísticos.

  


  El motivo de mi inquietud profesional es saber si esa maravilla de relleno es capaz de auto-sostenerse o precisa de unos puntos de anclaje y apoyo adicionales. No importa si “es o no es” en la foto, sino su aparente necesidad. Podría ser hasta una incrustación en el tejido del vestido, vaya uno a saber. Ya me estoy imaginando al príncipe Hamlet sosteniendo la parte fundamental de la maravilla en cuestión con una mano y mirando con displicencia, haciéndose la famosa pregunta: ¿es o no es?
     Pero no tenemos la suerte del príncipe, pues aquí hay que resolver sin tocar: ¿Será o no será? O mejor: ¿Puede o no puede ser?
    El príncipe no lo tenía claro y decidió en última instancia reemplazar la famosa calavera por el busto de Kim. Su mirada lo decía todo y se preguntaba si esa maravilla era verdad y si existía o no… “ser o no ser”, he aquí la cuestión. Debe ser que de ahí lo sacó Shakespeare y no de fundamentos trágico-dramáticos (sería por la censura de la época). Está claro por el tetimonio gráfico –perdón, quería decir testimonio, no sé en qué estaría pensando-  que el busto de Kim le llamaba poderosamente la atención (no es de extrañar tal hecho) y necesitaba imperiosamente conocer su naturaleza.

  
  

   En la época de Hamlet no había todavía costumbre de hacer ensayos de comprobación de resistencia, de forma que el hombre concluyó que aquello era autoportante, si bien por una simple cuestión de lo que entonces se llamaba contrapeso, hoy en día más conocido como “par” o momento de inercia, existía un evidente riesgo de desmoronamiento y el subsiguiente deslucido del fenómeno.
    Desde entonces se planteó la cuestión de la conveniencia -¿necesidad?- de prever unos tirantes. Cuando Hamlet movía la mano, el movimiento de vaivén o pendular del objeto quedaba refrenado cuando colocaba los tirantes, por lo que para gozar de su consistencia (aspecto que describió maravillosamente García Lorca comparándolo con palomas ocultas en la blusa de una fémina queriendo liberarse) era preciso retirarlos. Pero, ¿se mantendría incólume la maravilla? No lo sabía, lo cual le sumió en un profundo proceso de indecisión, originándole subsecuentemente una enfermiza ansiedad.
    La macicez era agradable y sobre todo estética, pero más lo era la suavidad. No era malo que se moviese como un flan (“pudding” para los británicos) y que estuviese –el pecho- suelto para goce y deleite, pero en las temporadas de descanso parecía que era necesario dotar al espécimen de una sujeción adicional para evitar la temida degradación estructural.
    ¡Terrible dilema el del pobre Hamlet! ¿Libertad o prisión? ¿Estética o blandura? ¿Cuál debía ser la prioridad? ¿Goce inmediato o preservación?
   El príncipe se murió sumido en un mar de dudas, pero su amargo sino quedó reflejado afortunadamente por el bueno de Shakespeare en su biografía en la versión libre que todos conocemos.
  En mi opinión profesional, tras un simple análisis de riesgo y una vez muerto Hamlet que lo que hacía era estorbar, la estructura se puede mantener incólume sin necesidad de tirantes ni otra clase de sujeción adicional, pero solamente bajo el punto de vista estático. Los aspectos dinámicos y de fatiga –de Kim, claro- no están debidamente cubiertos. En consecuencia, tanto por estos aspectos de fatiga como para prevenir eventuales aspectos de degradación del material y problemas en servicio, pienso que el uso de tirantes es conveniente al menos como solución temporal y evitar así costosas actividades de mantenimiento.
   Desconozco si el vestido está hecho con tirantes reales o no, pero no cabe duda que sería una estupenda solución para matar dos pájaros de un tiro, disimulando estéticamente la solución temporal de forma inteligente (es lo que se llama solución “cosmética”).
  No entro en detalles técnicos, pero el tema es más complicado de lo que parece. La tensión de los tirantes y su equilibrio en función de los diferentes movimientos de Kim, sean pendulares, acelerados o de naturaleza mixta, hace que se requiera un estudio detallado y precisa de la herramienta Catia para ello. Asimismo, deben realizarse cuidadosos estudios de oscilaciones, que a su vez pudieran ocasionar problemas de fibrilo-flutter en corazones masculinos sensibles. No se ha iniciado aún el análisis de riesgo relativo a estos aspectos de salud, en especial para los que estamos en eso que llaman “tercera edad”, por lo que creo llegado el momento de hacerlo, siempre y cuando se pueda disponer del debido presupuesto para su ejecución.
   Solamente así, con todos estos estudios, se podrán preservar incólumes fenómenos como éste, únicos en la naturaleza. Seamos pues consecuentes con los objetivos de desarrollo sostenible (caramba, nunca más apropiado lo de “sostenible”) y pensemos si un óbolo para proceder a esos estudios sería o no apropiado. ¡Cuento con vosotros!
  KS, Junio 2014
PD: acabo de caer en la cuenta que el ser humano ha inventado ya un componente que soluciona (si bien no con perfección absoluta) el mencionado problema. A este invento se le ha llamado con poca imaginación “sostén”, también conocido como “sujetador”, palabra ciertamente más vulgar. Con la problemática mencionada, creo que se trata más bien de una solución de adaptación; habrá que darle más vueltas…


viernes, 13 de junio de 2014

TEMPLO DE DEBOD – MADRID


... por Rafael García-Fojeda

Fechas y personajes
Tiene una antigüedad de unos 2.200 años. Su núcleo más antiguo fue erigido quizá bajo el faraón Ptolomeo IV Filópator, y decorado posteriormente por el rey nubio Adikhalamani de Meroe hacia 200-180 a. C., siendo dedicado a Amón de Debod ("Amani", en idioma kushita) e Isis (hay investigadores que piensan que su erección fue obra de Adikhalamani, interviniendo posteriormente Ptolomeo IV en él). Posee importantes añadidos de época ptolemaica y romano-imperial (del siglo I a. C. al II d. C.).

Lugar de culto

Durante la época ramésida se produce la egiptización de Kush (Nubia). Es entonces cuando se erige en Debod el primer edificio en piedra del que se tiene constancia, consagrado por Sethi II. De nuevo, desconocemos a qué divinidad estaba consagrado, pero de la necrópolis colindante a este pequeño templo parece proceder una estela que menciona por primera vez a «Amón de Debod». Algunos bloques de dicho templete ramésida se reutilizaron en el templo grecorromano.

Emplazamiento

Se encontraba situado en la pequeña localidad que lleva este nombre en las orillas del río Nilo, próximo a la primera catarata, en la Baja Nubia, «país del oro», al sur de Egipto, muy cerca del lugar donde el Nilo corta al Trópico de Cáncer. Un poco más al norte, en la isla de Filé, se encontraba el gran santuario de la diosa Isis. El templo de Debod formaba indirectamente parte de ese santuario, aunque su culto estaba dedicado al dios Amón de Debod. Teológicamente ligado a Filé desde el siglo I a. C., tendrá también una especial vinculación con otros templos de la zona. Esta región, fronteriza con el reino de Meroe, fue objeto de disputa entre los gobernantes egipcios y meroitas hasta el siglo I a. C., cuando el emperador romano Augusto estableció definitivamente la frontera.
Historia
La construcción del templo -que, en un principio, no era tal-, la inició a comienzos del siglo II a. C. el rey nubio Adijalamani de Meroe, quien levantó una capilla dedicada a los dioses Amón e Isis. La capilla, decorada con relieves, es una de los pocos lugares donde se documenta a este monarca. Posteriormente, distintos reyes de la dinastía ptolemaica construyeron nuevas estancias alrededor del núcleo original hasta darle un aspecto cercano al actual. Tras la anexión de Egipto por el Imperio Romano, fueron los emperadores AugustoTiberio y, tal vez Adriano, quienes culminaron la construcción y decoración del edificio. Con el cierre de los santuarios de Isis en Filé en el siglo VI, el templo dejó de ser lugar de culto pagano, y comenzó su progresivo abandono y deterioro.
El rey Ptolomeo IV Filópator o quizás el rey nubio Adijalamani (Adikhalamani) de Meroe, mandó construir hacia el año 200 a. C. una capilla en honor del dios Amón de Debod, en esa localidad, al sur de Egipto (en el lugar donde se encontraban los restos de un antiguo edificio cultual ramésida). Se trata de la capilla conocida como capilla de los relieves, o "Capilla de Adijalamani", donde pueden verse inscripciones referidas a Amón. En los relieves de la capilla aparecen también escenas rituales donde se dice que el rey Adijalamani ordena construir el monumento en honor a su padre Amón y que Amón habita en Debod. El templo surge estrechamente vinculado a un hecho histórico de extraordinaria importancia en la historia del Egipto ptolemaico: la llamada "Secesión Tebana". En este momento, durante 20 años (205-185 a. C.) todo el Alto Egipto será independiente del poder lágida alejandrino; la Tebaida, como estado independiente, tendrá sus propios reyes. Estas disensiones internas en Egipto permiten a los kushitas avanzar hasta Filé, lo cual explica su presencia en la misma Filé, en Kalabsha, en Dakkah y en Debod.
Amón de Debod va a ser la divinidad principal del templo. Poco a poco Isis lo irá desplazando de este lugar preeminente, pero ciertos indicios hacen pensar a los investigadores que, a fines de la época ptolemaica, Amón de Debod recuperará su papel de divinidad principal del templo. Adijalamani llevará a Debod divinidades nubias (es el caso de Apedemak, el poderoso dios león dinástico meroíta, que aparece mencionado en el dintel de acceso a la Capilla de Adijalamani -este bloque se encuentra hoy en el Museo del templo, es decir en su terraza superior-.
Con la llegada de los romanos y la incorporación de Egipto al Imperio, se realizaron nuevas obras de ampliación:
·        Construcción de un pronaos de fachada hipóstila (4 columnas de orden floral, dos de los capiteles inacabados) con acceso flaqueado por intercolumnios.
·        Relieves al exterior en los mencionados intercolumnios (Augusto ante los dioses IsisOsiris, Amón de Debod y Maahes o Mahesa).
·        Decoración completa de los muros interiores del pronaos (o vestíbulo) hipóstilo.
·        Construcción de un edificio anexo, adosado al templo, que se ha venido considerando un mammisi (casa de nacimiento divino)
La primera descripción exacta del edificio que se tuvo en Europa se elaboró en el año 1813, cuando el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt fue enviado para inspeccionar y detallar la zona por orden de Napoleón. El mismísimo Champollion visitó Debod, dejando una breve referencia del edificio. A lo largo del siglo XIX, el templo fue nuevamente visitado por exploradores y egiptólogos que ofrecieron una descripción gráfica y mostraron indirectamente en sus trabajos el paulatino deterioro del edificio.
Cuando en 1907 se construyó en aquel territorio la primera presa de Asuán (conocida como la presa baja), el templo se vio afectado en gran medida, ya que permanecía unos nueve meses al año bajo las aguas. La inundación casi constante del templo provocó la pérdida de la policromía y el daño de algunos de sus relieves. La piedra arenisca también sufrió un gran desgaste. Esta erosión ocasionada por las aguas del Nilo se añadía a los desperfectos que había provocado en su día el terremoto de 1868. A la vista de estos daños, el Servicio de Antigüedades de Egipto pidió al arquitecto egipcio al-Barsanti que procediera a su restauración. Tras la conclusión de la obra, el alemán Günther Roeder llevó a cabo un estudio exhaustivo con documentación fotográfica, dibujos de planos, alzados y comentarios. Su trabajo sigue siendo la referencia bibliográfica fundamental del edificio, un siglo después.

Traslado a España
En el año 1961,  el templo (y otros edificios) fue desmontado por una misión arqueológica polaca (que localiza los niveles más antiguos del edificio, de época ramésida (Sethi II) y sus piedras son depositadas en la Isla Elefantina hasta su posterior traslado al puerto de Alejandría. Desde este puerto hizo su viaje final hasta llegar a España, tras una cesión diplomáticamente compleja, llena de luces y sombras, en la que prestigio, dinero, instituciones y organismos oficiales estuvieron en el núcleo de una negociación difícil y dura (en clara contradicción con las declaraciones oficiales que hasta el día de hoy se mantienen); incluso hubo protestas a Egipto de los países receptores de alguna donación debidas a la diferencia de aportación económica, mayor por su parte, sobre todo Estados Unidos, que por la española; sin embargo, la fundamental intervención del profesor y arqueólogo Martín Almagro Bash, quien llevaba mucho tiempo colaborando en excavaciones con Egipto, hizo que la balanza se decantara hacia España.
Todo el conjunto permaneció en Alejandría hasta abril de 1970. El 6 de junio de ese año, las cajas embaladas que contenían los bloques del templo fueron embarcadas en el buque Benisa y llegaron al puerto de Valencia (España) el día 18 de ese mismo mes. Desde Valencia fueron transportadas en camiones hasta Madrid, donde se almacenaron en el solar del Cuartel de la Montaña. El coste de tan magna operación fue asumido por nuestro país ya que ésa fue la condición final que puso Egipto al gobierno español para hacer efectiva la donación.

Reconstrucción, restauración y ‘conservación’
En primer lugar se levantó una base de piedra (a modo de podio) con el fin de aislar los bloques originales del templo y que el suelo no tuviera contacto con ellos. Sobre el basamento se empezó la reconstrucción, siguiendo la técnica llamada anastilosis; es decir, colocando en su lugar los elementos originales hallados y añadiendo las partes de reconstrucción con una piedra de diferente color para poder distinguir los elementos antiguos y originales de los nuevos. La piedra nueva se trajo de Villamayorprovincia de Salamanca.
Tres bloques exteriores fueron tratados químicamente para protegerlos y reforzarlos (la gola del segundo pilono, un capitel y un tambor de columna). En el interior del edificio se instaló aire acondicionado para crear una atmósfera seca constante. Y como recuerdo del río que tuvo el templo en sus proximidades (el Nilo), se construyó un estanque de poca profundidad a lo largo de los pilonos de acceso al templo. Los trabajos de reconstrucción del monumento duraron dos años. Su inauguración tuvo lugar el 18 de julio de 1972.
Desde su apertura al público madrileño la conservación del templo ha estado rodeada de polémica. El edificio fue usado de forma indiscriminada para pases de cine de verano, para representaciones teatrales, para anuncios publicitarios, para spots musicales. La contaminación y el climograma de Madrid, así como el vandalismo, han dejado huellas profundas en el edificio. La voz de alarma la han dado los Congresos de Egiptología Ibérica que se han ido celebrando (Madrid, Barcelona, La Laguna) y, recientemente,  la UNESCO. Frente a ellos, la postura oficial de la entidad tutelar (el Ayuntamiento de Madrid, a través de Museos Municipales) ha sido, de forma sistemática, desmentir los motivos de alarma, y realizar actuaciones de poca envergadura. Sin embargo, el templo se sigue degradando.
El estado del monumento es una transgresión flagrante a lo que supone la conservación de un monumento histórico según la Carta de Venecia. La azotea del templo original fue techada para poder albergar algunos elementos del Museo del templo, como maquetas y bloques de dudosa ubicación. Se instaló asimismo en la fachada hipóstila un gran ventanal de cristal sujeto a la piedra arenisca mediante silicona, cuya finalidad aislante pagó el caro precio de la modificación del aspecto prístino de la columnata. La techumbre utiliza una técnica de cubrición de los años setenta del pasado siglo. Deteriorada por la acción del tiempo y la contaminación, ha recibido arreglos puntuales. Los conductos de aire acondicionado se usan como poyos y, en términos generales, el templo desde su interior no refleja su estado original.
La incoación por la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, mediante Acuerdo de 2 de abril de 2007, del expediente para la declaración como Bien de Interés Cultural del Templo y la posterior Declaración como Bien de Interés Cultural, realizada el 17 abril de 2008, alienta nuevas esperanzas sobre el papel en lo tocante a su conservación. Pero el factor de deterioro más importante -no el frío, el calor o la contaminación, sino la lluvia-  continúa actuando persistentemente sobre el edificio; de hecho, la fachada posterior del ‘cuerpo’ más grande poseía dos figuras humanas de las que solo se pueden observar, en 2014, sus contornos si uno se acerca lo suficiente.

Mapa desde Debod a la Presa de Aswan (79 kms)


El Templo


Adijalamani frente a Osiris e Isis


Horus e Imhotep


Imhotep


Tefnut y Aresnufis


Jeroglífico


Capilla de Amón (holograma)



Maqueta del Nilo


Abu Simbel



Debod (el punto rojo)


Jeroglífico


Dintel del pilono


La Gacela


Augusto presenta espigas a Osiris e Isis






viernes, 6 de junio de 2014

ENUSA Y COMBUSTIBLE NUCLEAR

Nuestro compañero de promoción, José Luis González, presidente de Enusa, repasa la actualidad sobre el combustible nuclear





José Luis González es presidente de Enusa desde hace 17 años. Ingeniero Industrial especializado en Técnicas Energéticas, tiene entre otras aficiones la música, la pasión por la naturaleza y se define de sentimiento rojiblanco. En su trayectoria profesional siempre ha valorado la importancia del compromiso de las personas en la consecunción de los objetivos.

¿A qué se dedica Enusa Industrias Avanzadas?
Enusa divide sus actividades en dos áreas de negocio: nuclear y medioambiental. Nuestro negocio nuclear ha tenido como principal y tradicional actividad la primera parte del ciclo del combustible nuclear y ahora estamos iniciando actividades en la segunda parte con la caracterización y transporte de combustible gastado.

Nuestras actividades ambientales están centradas en la restauración de antiguas instalaciones mineras de uranio, el tratamiento de residuos sólidos urbanos, agroganaderos y agroindustriales, la gestión de residuos industriales y la caracterización y el tratamiento de suelos contaminados.

¿El combustible nuclear que fabrica Enusa se destina exclusivamente a las centrales nucleares españolas?
Desde nuestra fábrica de Juzbado, en Salamanca, suministramos combustible nuclear a todas las centrales españolas, excepto a Trillo, y a centrales europeas. El año pasado alcanzamos una producción de 350 toneladas de uranio equivalente. De ellas, el 64% fue destinado a la exportación. De hecho, el 35% de la producción fue combustible tipo BWR, lo que supuso un máximo histórico en la fabricación anual de este tipo de combustible.

¿Cuál es la situación actual de Enusa?  ¿Cómo plantea Enusa su futuro?
Actualmente, nuestro reto es mejorar la competitividad impulsando nuestra actividad internacional, tanto en el negocio nuclear como en el medioambiental, mantener el nivel y la calidad de la producción actual, seguir conservando el reconocimiento mostrado por nuestros clientes y contribuir al desarrollo socioeconómico de las comunidades en las que estamos operando.

De cara al futuro, debemos aprovechar proyectos como el ATC, ofreciendo nuestras capacidades tradicionales y desarrollando nuevas en el área de logística asociada al transporte de combustible gastado y en la realización de planes de vigilancia radiológica ambiental.

Sobre las reservas de uranio en el mundo, ¿considera usted que hay reservas disponibles para abastecer a los  435 reactores en operación y los más de 90 planificados? ¿Cuánto uranio queda?
La última edición del Libro Rojo de la NEA y OIEA recoge que las reservas conocidas a nivel mundial son de 7,1 millones de toneladas de uranio explotables a precios actuales, es decir, reservas suficientes para alimentar el parque nuclear actual durante más de 100 años. Además, a corto plazo, con el cierre de las centrales alemanas y la parada de las centrales japonesas tras el accidente de Fukushima, hay gran cantidad de stocks acumulados.

¿De qué países procede el uranio que utilizamos para la fabricación del combustible nuclear en España?
Varía a lo largo de los años, pero principalmente los países suministradores son Rusia, Canadá, Kazajistán, Uzbekistán, Níger y Namibia.

¿El precio del uranio es variable? ¿Cuál es actualmente el precio del uranio?
Actualmente, el mercado del uranio sigue sintiendo los efectos del accidente de Fukushima. El precio del mercado spot está en 28$/lb, valores que no se veían desde principios de 2004. En cuanto al mercado a largo plazo se encuentra en 45 $/lb.

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