viernes, 30 de mayo de 2014

CONFERENCIA DE NICOLÁS PÉREZ-SERRANO JÁUREGUI

por Kurt Schleicher

   También el día 29 de Mayo tuvimos el placer de asistir a la magnífica conferencia que nos dio Nicolás, nuestro querido “Kolia”, con ocasión de serle impuesta la medalla como Académico correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.


  La conferencia no podía tener un contenido más entrañable, pues versaba sobre la figura de su padre, que fue asimismo miembro de la Academia durante trece años, cumpliéndose ya más de 50 años desde su fallecimiento en 1961.



  Nicolás enfocó la conferencia en particular a la faceta de maestro de su insigne progenitor y a su especial forma de lograr que los alumnos descubriesen lo que llevaban dentro. A eso se denomina “MAYÉUTICA”, palabra que aprendí hoy, y que se remonta a Sócrates. En griego significa “dar a luz” o “el arte de hacer nacer” en boca de Nicolás. La técnica consiste en interrogar hábilmente al alumno, promoviendo un debate que lleva a descubrir nuevos conceptos a través de sus propias conclusiones respecto de un determinado problema. De ahí que el título de la conferencia fuese “La mayéutica jurídica y constitucional”. La mar de original.


   
  No voy a repetir aquí la conferencia, por supuesto, pero no puedo resistirme a mencionar un par de aspectos que me llamaron especialmente la atención en cuanto a la figura de su padre.
   Fue bilicenciado universitario en Derecho y Letras y Letrado de Cortes (y con Matrícula de Honor en todas las asignaturas) a la tempranísima edad de 21 años, tan temprana, que todavía era menor de edad (por entonces, la mayoría de edad se alcanzaba con 23 años). Y Doctor en derecho a los 22. ¡Vaya problema institucional que les debió de plantear a los rectores universitarios!
   Fue uno de los padres de la Constitución de la II Republica en 1931, nada menos. Y hay que destacar que cuando cambió el sesgo político tras la guerra civil, sufrió cierta persecución política por los vencedores, por colaboracionista de la República y no afecto al régimen de Franco; incluso se le abrió procedimiento sumarísimo ¡por supuesto delito de rebelión militar! Tiempos difíciles, pero de los que salió totalmente libre e indemne. Está claro que hay personas que están muy por encima de todos esos aspectos de izquierdas y derechas y de vaivenes con orejeras a los que estamos tan acostumbrados…
  También fue preceptor del entonces futuro rey D. Juan Carlos y en época de Franco, “pese” a los mencionados antecedentes. Está claro que fue por algo…
  Nicolás mencionó profusamente la palabra integración, aparte de la mencionada mayéutica en relación a su padre; fue un “jurista integral”, capaz de encajar piezas del puzle jurídico que se suelen tratar por separado.
  He de decir que la conferencia en mi opinión fue brillante, tanto en el fondo con lo que tuve ocasión de aprender (¿o “aprehender”?) hoy, como en la forma; pese a ser “de ciencias” rodeado de insignes letrados por todos lados, por cierto, no me fue difícil coger el hilo de la conferencia, gracias a la especial habilidad de Nicolás en hacer amable el ritmo de la misma.
  Para terminar, destacar el bonito marco del lugar de la conferencia, el salón de actos de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, como se puede observar en las fotos adjuntas. 



Tras el acto, los del Ramiro nos hicimos un par de fotos con nuestro insigne conferenciante.


¡Enhorabuena, Nicolás!
KS, 29 Mayo 2014.





















domingo, 11 de mayo de 2014

LOS CABALLOS DEL VINO

Por Kurt Schleicher


   (Dedicado especialmente a Paco Acosta y Eloy Maestre, murcianos de pro...)

          Santuario-Basílica de Caravaca de la Cruz, en plena efervescencia


  Los "Caballos del Vino" no son caballos borrachos ni nada parecido, sino que son unas fiestas ancestrales en Caravaca de la Cruz (Murcia) que se celebran en la primera semana de Mayo cada año y que se distinguen de otras fiestas populares por varias razones. Había oído hablar de ello en el sentido de una carrera de caballos y me figuraba que lo del vino sería que te daban vino a espuertas durante la carrera, como suele pasar en las fiestas.
   Pues tampoco; en cierta forma es una carrera de caballos, pero no entre sí. Los aficionados a las carreras de Fórmula 1 ya sabemos que no es lo mismo la carrera de clasificación de los sábados (lucha contra el crono) que la definitiva de los domingos; aquí pasa algo parecido. Es ciertamente una lucha contra el crono individual de nada menos que 60 caballos perfectamente enjaezados (ahora explicaré qué es esto) que deben subir una cuesta bastante empinada de 80 m. (la subida al castillo) corriendo a tope con dos mozos bien entrenados a cada lado y teniendo enfrente a una abigarrada multitud que debe dejar paso libre en el último instante para que el aparentemente desbocado caballo y sus mozos lleguen a la meta como sea, pero sin soltarse del caballo o serían descalificados. Se anuncia mediante megafonía el caballo que va a correr y, para que el público se prepare, se advierte con un estentóreo "¡¡¡Caballo en carrera!!!" que comienza la desbocada subida´y que hay que apartarse (¡si te dejan!)


   Aunque las fiestas son 5 días, el día “estrella” es el 2 de Mayo, que es cuando se celebra la carrera. El programa de fiestas para este año 2014 mencionaba que aquélla daría comienzo en este día a las 14:00 tras varios pasacalles, tanto de caballos y sus peñas como de moros y cristianos durante toda la mañana (ése día ya comenzaba con una alborada de campanas desde las 4:00 de la madrugada, seguido de una traca y más campanas a las 7:00, de una misa a las 9:00 dedicada a la Aparición de la Vera Cruz ya con los caballos enjaezados y tanto los moros como los cristianos en perfecto estado de revista; con tanta campanada y traca seguro que nadie se podría haber dormido). El programa no mencionaba nada más que pasacalles desde las 9:30 hasta las 14:00 y tampoco desde esta hora hasta las 20:30, cosa que me extrañó, hasta que me di cuenta de lo de las carreras “individuales” y que los pasacalles englobaban a nada menos que otras 60 peñas con todas sus fanfarrias (aparte del “desfile de modas” de los caballos enjaezados) y de innumerables pelotones de moros y cristianos también perfectamente “enjaezados”. ¡Claro! ¡Para todo eso necesitaban todo el día sin parar… y les faltaba tiempo!
 Desfile de modas






                                            Las "Cristianas"
                            La Cuesta del Castillo, lugar de la carrera



La reina de las fiestas, cabalgando a rienda suelta 



¡Caballo en carrera!





Celebrando una buena marca




Mozos contra esquina



    El día terminó (tras una interminable sesión de entrega de premios a los caballos y sus respectivas peñas, así como una escaramuza de batalla moro-cristianil, trabucazos incluidos) con un solemne traslado procesional de la Santísima Cruz desde la Basílica-Santuario a la Parroquia del Salvador. Bueno, lo de “terminó” es un decir, pues pasada la medianoche todavía estaban desfilando…
                                           Entrevista al ganador
Vuelta al ruedo del caballo ganador


Enjaezados 


    ¿Y qué es eso del “enjaezado”? Pues un precioso engalanado de los Caballos del Vino por cada peña con ricos ropajes bordados a mano con hilos de oro y plata, canutillo y pedrería, que también tiene su concurso particular al caballo “mejor enjaezado” o más original. Los motivos suelen ser personajes conocidos de la ciudad, personajes de las peñas u otros, con un realismo increíble, llegando a parecer fotografías.


   Otro aspecto es la pregunta que cualquier curioso se haría al ver la modalidad de la carrera; ¿a qué se debe que sea individual y que tenga que ser en la cuesta del castillo con 4 mozos a ver quién invierte menos tiempo? Pues también tiene su historia:
   Retrocedamos al siglo XIII. Caravaca está en plena frontera de la zona cristiana y castellana y el reino nazarí de Granada. La Orden militar del Temple defiende a la población que se refugia en el castillo ante un asedio musulmán. El agua escasea y llega a corromperse, originándose una epidemia en los pobladores de la fortaleza. Desesperados, los del Temple deciden salir de noche con sigilo, consiguen burlar la vigilancia de los moros, llenan sus odres de vino, vuelven a burlar la vigilancia colocando los odres de vino sobre los caballos y corren a toda velocidad de vuelta al castillo antes de que los moros lleguen a darse cuenta. Cuenta la tradición que, agradecidos por haberlo logrado, bañaron la propia Reliquia de la Cruz con el vino que habían conseguido, se lo dieron después a los enfermos y todos ellos sanaron (para los no creyentes, les quedaría claro al menos que el vino de Jumilla de la región de Murcia tiene que ser buenísimo…)
   A comienzos del siglo XIV este hecho no cayó en el olvido y se organizaron unos festejos para conmemorarlo poniendo a correr a varios caballos en fila llevando los famosos odres de vino, espoleados por los mozos que los conducían. Posteriormente ya no se pusieron los pellejos con el vino, pero permanecieron la bendición y la carrera, inseparablemente unidos al rito de la Cruz. Y hasta hoy… aunque hay que decir que el festejo está documentalmente probado solamente desde hace tres siglos. En cualquier caso, ha permanecido, transmitiéndose de generación en generación sin necesidad de escribir las reglas y constituyendo una fiesta única en el mundo. No existe otra fiesta similar en la que cuatro mozos y un caballo se abren paso “milagrosamente” entre una abigarrada multitud de cientos de miles de personas, recorriendo los 80 metros de subida a una increíble velocidad de unos 10 metros por segundo; hay que darse cuenta que las carreras de 100 metros lisos –remarco “lisos”- no bajan mucho de los 10 segundos entre los olímpicos, de forma que hacer estos “100 menos 20” metros de ¡subida! en el mismo tiempo es toda una proeza. Y sin contar con el peligro subyacente a que el caballo y los mozos se lleven por delante a algún atrevido espectador que no se retire a tiempo (de hecho, creo que hubo un herido de importancia en este año).


   Tengo que contar que me coloqué con mi cámara con intención de sacar un foto “de frente” en plena subida de la cuesta, pero la cosa no era fácil; lo logré al tercer intento, pero tras tener que retirarme lanzándome en plancha al pasar el caballo hacia un lateral cámara en ristre y llevándome por delante a algún espectador. Se me acercó después un mozo para advertirme amablemente que dejaba “demasiado poco margen” y decidí que era más saludable para mi integridad física colocarme detrás de la meta en el esquinazo de la muralla y hacer fotos de “semi-frente”. Allí tuve todavía que burlar a algún guardia de seguridad empeñado en ponerse delante de mí, pero me sentí más “confortable”, en lo que cabe. Pues tampoco estaba exento de riesgo: una de las veces, el caballo se desvió demasiado a la derecha, me aparté un poco y el mozo que estaba a ése lado dejó de golpe toda su energía cinética contra el muro detrás de mí, que afortunadamente estaba protegido (ver foto). Eso no es todo, pues los caballos llegan muy agitados y aún sueltan después alguna tarascada, por mucho que los mozos traten de llevarlos con firmeza.


    El 4 de noviembre de 2011 el Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia declara la fiesta de “Los Caballos del Vino” de Caravaca de la Cruz como Bien de Interés Cultural con carácter etnográfico. También ha sido declarada de Interés Turístico Internacional.
 


   Aparte de la propia y espectacular carrera, hay que destacar también el entorno; Caravaca de la Cruz es más que un pueblo, es una ciudad con su entorno medieval bien conservado y un Santuario-Basílica dentro del castillo realmente impresionante. Las vestimentas de tanto moros como cristianos son también de una belleza y calidad más que notable, lo que junto al rico enjaezado de los caballos proporciona una impresión visual impactante e inolvidable. La explanada del Castillo es muy amplia y llega a llenarse con un enjambre de mozos, caballos y espectadores, donde lo que menos se ve es a los turistas, pese a que habría bastantes. Es increíble la cantidad de mozos “a estilo pamplonica” que llegan a juntarse allí… ¡Claro! 60 peñas, aparte de caballos y moros y cristianos, dan un efecto de multitud mayor que la también ingente cantidad de visitantes. También quiero destacar la belleza de muchas de las “moras” y “cristianas”, como se puede apreciar en alguna de las fotos, y el tono de humor mantenido durante todos los desfiles. Y es que la mujer murciana tiene una merecida fama de guapa, bien visible aquí.


Jaleando a los ganadores (carrera y enjaezado) 

    El ganador de la carrera 2014 fue el caballo “Hispano” de la peña caballista Caprichoso, habiendo batido el récord de la carrera de los Caballos del Vino con un tiempo de 7 segundos y 753 milésimas. Es la primera vez en la que se logra una marca por debajo de los 8 segundos; el récord anterior lo logró la peña Ambicioso con “Caracol”, en 8,163 sg., que fue campeón los tres años anteriores.
   Repito; increíble: 80 metros de subida recorridos en algo más de 7 segundos. Enhorabuena a “los cinco” corredores; todos merecerían ser olímpicos…


Interior del Santuario con los pasos de la Procesión 

Caravaca de la Cruz al anochecer

Bien armado ante bellas moras 



Las "Moras" 




 Final del desfile
   Cerca de Caravaca y viniendo de Cieza hay unos paisajes notables, entre lo que destaco el castillo moro de esta localidad en una cúspide aparentemente inaccesible, así como unas formaciones montañosas (el Almorchón) que recuerdan a las del “Far-West” (¿se rodarían allí también spaghetti-westerns? Y sin olvidar las antiguas norias de Abarán (al lado de Cieza), de las que tres todavía están en funcionamiento. Una de ellas, la Grande, data de 1805 y está considerada la más grande de Europa, con sus casi 12 metros de diámetro. Y es que Murcia es “mucho Murcia”, no solamente playas y sol…
Castillo de Cieza (¿cómo subían?) 


 Panorámica y Almorchón

Noria Grande de Abarán, en funcionamiento

Noria de Félix Cayetano, en desuso. Abarán, al fondo

Noria de la Hoya de D. García, en funcionamiento 

KS, Mayo 2014