...POR KURT SCHLEICHER
Desde hacía varios años intentaba encontrar el momento de recorrerlo, pero la afluencia de turistas había crecido de tal forma que en los momentos óptimos (primavera y otoño) era dificilísimo reservar; confiar en acceder al limitado cupo disponible por día era también un riesgo y obligaba a pasar la noche allí mismo. Me enteré que en algunos hoteles proporcionaban billetes reservados, pero había que reservar con mucha antelación. Saliendo de Madrid, el lugar estaba lejos, pues se localizaba en El Chorro, provincia de Málaga, a más de cinco horas en coche, lo cual lo hacía más incómodo todavía. Lo ideal parecía ser prever varios días.
Por fin, en 2019 averigüé dos cosas interesantes: la época de menor afluencia era el primer trimestre del año (a condición de hacer buen tiempo, pues con viento, tormentas o lluvia abundante el camino se cerraba) y la segunda que había una oferta de Renfe que permitía acceder “en el día” con un cupo generoso, siempre y cuando se durmiese la noche anterior en Málaga (u otro lugar comunicado por ferrocarril) y madrugar, por supuesto. La confluencia de estos eventos se nos dio en la última semana de febrero de 2020, en plena época de pandemia en Wuhan, pero que por entonces estaba “muy lejos”, según los medios de comunicación. Decidimos viajar pronto el día anterior, visitar Málaga y hacernos con una mascarilla, por si acaso. Primer aviso: no encontramos mascarillas en ninguna farmacia.
En cualquier caso, esta excursión fue la última antes del Covid19 y los sucesivos confinamientos. Y hasta hoy…
¿Por qué resulta tan atractivo el Caminito del Rey?
Pues porque existe desde hace más de un siglo, recorriendo unos precipicios impresionantes con unas vistas espectaculares entre desfiladeros de más de 300 metros de profundidad y en algunos zonas de menos de 10 metros de distancia a la pared de enfrente. El problema de visitarlo en épocas anteriores era el estado de abandono del camino, realmente peligroso, siendo muy conveniente tener cualidades de escalador y ningún vértigo. Por fin, desde 2016, el Camino ha sido remozado, convirtiéndose en la actualidad en uno de los primeros atractivos turísticos de Málaga; me figuro que el gasto de restauración habrá sido compensado sobradamente desde entonces, a la vista del éxito. Cierto es que las tareas de mantenimiento y organización requieren costes inevitables, pero con la afluencia asegurada para todo el año y con reservas de varios meses antes en épocas críticas, se seguirán compensando estos costes.
Hagamos un poco de historia.
Este sendero se construyó porque la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro, propietaria del Salto del Gaitanejo y del Salto del Chorro, necesitaba un acceso entre ambos saltos de agua para facilitar tanto el paso de los operarios de mantenimiento como el transporte de materiales y la vigilancia de los mismos.
Las obras se iniciaron en 1901 y concluyeron en 1905. El camino comenzaba junto a las vías del tren de Renfe y recorría el Desfiladero de los Gaitanes, comunicando y facilitando el paso entre ambos lados. El Camino comenzaba en la Estación del Chorro, junto a las vías del tren, y permitía el paso de operarios y materiales, además de facilitar la vigilancia de las instalaciones. Cuando el Embalse del Conde de Guadalhorce estaba en construcción, se volvieron frecuentes las visitas a la zona de amigos y familiares del ingeniero jefe, Rafael Benjumea Burín; las vistas que se podían contemplar desde muchos puntos del camino eran de tal belleza que Benjumea quiso hacer el camino cada vez más cómodo y se decidió a mejorarlo, reformando el puente entre los dos lados del desfiladero, que fue diseñado por el ingeniero de caminos Eugenio Rivera.
Para inaugurar esta gran obra, el rey Alfonso XIII se desplazó en 1921 hasta el lugar en la presa del Conde del Guadalhorce cruzando para ello el camino previamente construido. El día amaneció nublado, y una serie de chaparrones intermitentes deslucieron los festejos de inauguración e hicieron más penosa la visita, que ya de por sí exigía un farragoso viaje con etapas por tren y por carretera. No obstante, el rey se mostró animoso y escuchó complacido todas las explicaciones que Benjumea le daba sobre las instalaciones, que quiso conocer al detalle. Se sirvió un almuerzo para más de doscientos comensales, al que estaban invitados personalidades, autoridades, ingenieros y periodistas. A los postres, el Ministro de Fomento pronunció un discurso en el que destacó la importancia de las obras públicas y el ejemplo que el Pantano del Chorro representaba para la nación, por su acierto en armonizar el uso industrial y agrícola; no podía imaginar entonces el auge turístico que cobraría un siglo más tarde. Después del almuerzo, bajo una lluvia torrencial, el Rey se dirigió a colocar la última piedra.
Terminada la ceremonia, el Rey y sus acompañantes visitaron la presa del Gaitanejo, y atravesaron el Balcón de los Gaitanes, que se había adornado con una guirnalda sostenida por cuatro águilas disecadas, en la que se podía leer: “Al Rey”. Alfonso XIII quedó tan impresionado por el panorama que se divisa desde allí que quiso fotografiarse para inmortalizar su paso por el lugar.
Fue a partir de este momento cuando las gentes comenzaron a denominar a aquel camino "Caminito del Rey", nombre que se sigue usando en la actualidad.
Esta obra de ingeniería supuso en su momento una hazaña, en especial por la sujeción de las pasarelas; era una obra en la que hubo que emplear pescadores, convertidos en albañiles, y que estaban acostumbrados a colgarse de las jarcias de sus barcos de vela, debido a la dificultad del terreno y de la necesidad de que los trabajadores se colgasen de las rocas para poder realizar las labores de construcción.
Su peligrosidad y el hecho de ser una de las zonas de escalada más importantes de Europa, han contribuido a incrementar su fama, lo que ha ocasionado que numerosos excursionistas se hayan dirigido a El Chorro motivados por recorrer el Caminito y por el morbo del vértigo y la belleza del paisaje. Esto ha propiciado numerosos accidentes (algunos mortales) a lo largo de los años, acrecentándose su leyenda negra; el problema era la creciente afluencia de los excursionistas que iban por libre sin conocimientos de escalada, por lo que el riesgo era evidente.
Entre los años 1999 y 2000 se produjeron varios accidentes mortales que costaron la vida a cuatro excursionistas, por lo que la Junta de Andalucía, para evitar más desgracias, decidió cerrar los accesos al camino, demoliendo su sección inicial a fin de evitar el paso a los visitantes.
A partir de febrero 2014, la Diputación de Málaga inició el proceso de adjudicación de las obras de restauración completa del Caminito del Rey. A finales de marzo de 2015, el Caminito se abrió al público, con las pertinentes medidas de seguridad y hasta con guías. Eso sí, con casco obligatorio. La última desgracia sucedió en 2017, pero no tuvo nada que ver con el remozamiento del Caminito; fue un crimen de una turista extranjera a la que su asesino le cortó la mano, dejándola sobre el puente, donde se desangró; allí la encontraron los primeros visitantes de la mañana al día siguiente. El misterio sigue sin haberse resuelto, que yo sepa; debieron colarse por la noche, estando el acceso cerrado.
Peligrosidad del antiguo Caminito del Rey
En cuanto a cómo organizar la visita al Caminito del Rey, hay informaciones turísticas de sobra que detallan las diferentes posibilidades, siendo la mayoría tours desde Málaga o acceso particular en coche, para lo que hay bastantes alojamientos tanto en El Chorro (cerca de la entrada sur) como en Ardales (entrada norte); en este caso el problema son las reservas. En mi opinión, la forma más aconsejable es acogerse a la oferta de Renfe, combinando una visita el día anterior a Málaga, pasando la noche en un hotel cerca de la estación de tren y hacer la visita en el día sin necesidad de reservar. Como se trata de pasar la noche sin más pretensiones y dejar pronto el hotel, recomiendo el hostal Los Tilos, sencillo, muy limpio y sin ruidos perturbadores. Otra forma, disponiendo de tiempo, es dedicar más tiempo a visitar Málaga (la Alcazaba, la Catedral, la calle Larios, el museo Picasso…), dejando para el último día el Caminito.
No recuerdo los detalles precisos, pero hay un tren de cercanías a El Chorro pronto por la mañana. El billete se compra combinado con el bus que lleva a la entrada en Ardales y la propia entrada al Caminito, en una máquina automática a tal efecto. Cómodo y sin problemas. Lo peor que puede pasar es que el tiempo empeore de golpe y ese día no se pueda acceder, pero en tal caso nada impide pasar otra noche más en Málaga, pues el cupo es diario sin necesidad de reservas; dicho de otra forma, esto permite combinar inteligentemente una visita turística a Málaga o alrededores y dejar el mejor día climatológicamente hablando para el Caminito del Rey.
En cuanto al tiempo requerido para recorrer el camino, es entre tres y cuatro horas; no es muy dificultoso, pero tampoco hay que dormirse en los laureles. El último tren de vuelta de El Chorro a Málaga no es el mismo según los días, pero siempre hay uno al mediodía entre las 14:00 y las 15:00, que yo recuerde, en el peor de los casos. Esto deja 4 horas para recorrerlo por la mañana.
Mapa de accesos
El recorrido total es de unos 7 km., siempre saliendo de Ardales, donde deja el autobús desde la estación de llegada. El camino sobre las pasarelas propiamente dichas no pasa de 2 km., pero es evidente que se hacen más despacio para admirar el paisaje y sacar fotografías. Para personas con limitaciones físicas, sólo hay que advertir que hay cuestas y escaleras; por cierto, de escalada nada, naturalmente. Es un paseo. El mapa adjunto lo ilustra bien.
La parte de las pasarelas son dos; una primera, posiblemente la más honda, con medio kilómetro desde el fondo a los picos, con el camino situado a la mitad de la pared; la segunda, tras un precioso paseo forestal, termina en el famoso puente que permite pasar de uno a otro lado sobre el abismo.
Las fotografías adjuntas a continuación que hice durante el recorrido van siguiendo este orden.
Yendo en coche particular, pienso que sería aconsejable pasar por Ronda, no muy lejos del Caminito del Rey, permitiendo combinar ambas visitas.
Ánimo, pues; para el que no lo conozca, no hay que dejarlo pasar.
K.S., marzo de 2021
Impresionante. Miedo pensar como lo recorrían antes de rebabilitarlo. Costoso camino de servicio del canal.
ResponderEliminarSupongo que ahora generará jugosos beneficios, pero la pandemia lo habrá restringido bastante.
ResponderEliminarYo estuve pocos años atrás y certifico que merece la pena, incluso si padeces de vértigo
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