...Por Manolo
Rincón.
De las reuniones que venimos teniendo
desde que celebramos el cincuentenario de la salida del Instituto, sabéis que
en general solo os suelo hablar de temas relacionados con nuestro querido
Ramiro y eludo cualquier otro tema en mis charlas. Mis escritos versan sobre el
Ramiro o son pequeños cuentos en general. Hoy cambio un poco mi discurso y
quiero llevar a vuestro ánimo un tema diferente. Todos tuvimos la misma
formación y por tanto me parece que me dirijo a un grupo homogéneo. No obstante
el tema puede ser polémico y no rehuiré cualquier comentario al respecto, si lo
hay.
No sé si alguno de vosotros ha tenido
ya la misma sensación que yo tengo desde hace algún tiempo. Estoy convencido de
que poco a poco la Historia española la van cambiando los historiadores de
forma interesada.
Me diréis que eso ha sucedido siempre,
que desde los griegos a nuestros días se viene haciendo y es una práctica
habitual. Os he de dar la razón amigos. Pero creo que el cambio que ahora
soportamos tiene un importante matiz político.
De nuevo me contestareis, siempre fue
así, por ejemplo los historiadores del Franquismo sostenían que Guernica fue
destruida por el ejército republicano en retirada, cuando realmente la Legión
Cóndor alemana fue la responsable. Tenéis razón. Pero muchas de estas
imposturas han terminado siempre saliendo a la luz las verdades ocultas, pues
hay, y muchos, historiadores honestos que buscan solo la verdad histórica sin
matices.
Mi inquietud, que os traslado ahora,
se refiere a nuestro país y yo la veo como algo que va sucediendo poco a poco
desde que se puso en práctica la mal denominada “Ley de Memoria Histórica”, que
ha dado paso a una “revisión” histórica cada vez más profunda. Explico mi punto
de vista (que es opinable como tal).
En España hubo una Guerra Civil,
nefasta para todos los españoles. En el origen de la misma no está solo una
derecha golpista, como actualmente predican los defensores de la citada ley.
Fue algo mucho más complejo, que debe ser estudiado sin apasionamiento
político, sino buscando la verdad.
Es cierto que se proclamó un República
(sin que ningún referéndum o consulta popular que avalase democráticamente un
cambio tan sustancial y se hizo de un día para otro). Se entendió entonces que
era el sistema deseado por todos los españoles, pero no se les preguntó. Unas
elecciones municipales con un avance de la izquierda no son ni mucho menos un
cheque en blanco para configurar la organización de un Estado, y máxime cuando
hubo serias sospechas de irregularidades en los recuentos.
La Segunda República tuvo muchas luces
en enseñanza, en libertades, pero tuvo también muchas sombras, como quema de
parte de nuestro patrimonio, ejecuciones sin juicios previos y pérdida de
libertad para quien quisiese ejercer su derecho (que parece inalienable) a practicar
una religión, por la cual aspiraba a vivir eternamente.
El péndulo de la historia nos llevó
desde 1939 a la situación contraria. Si bueno es practicar una religión (para
el practicante), tan bueno es dejar en paz al agnóstico o al ateo, siempre que
no se meta con nadie. Si había muertos a miles por ambos bandos no se podían
recordar a los de un bando como héroes e ignorar a los otros como villanos. Si
la bandera es de todos, malo es asociarla solo a una ideología.
Parecíame que el llamado Régimen de 78
(no sé si el nombre es correcto), había puesto el péndulo en el centro y ya no
había ni héroes ni villanos, si no personas que habían combatido en uno u otro
bando la mayoría de las veces no por convicciones ideológicas si no por
obligación.
Nadie ha negado ya que hace poco más de
ochenta años más de medio millón de españoles pasaron a Francia para evitar las
represalias. Y que las enfermedades y el hambre se cebaron en ellos ocasionando
miles de muertos que quedaron enterrados por el camino del destierro en tumbas
anónimas.
Tienen derecho sus familiares a saber
donde están estas tumbas si su localización aún es posible.
Pero para los combatientes del otro
bando debe de haber el mismo tratamiento. No es válido que si se descubre una
fosa antigua y se ven crucifijos, se eche la tierra de nuevo. Todos los muertos
merecen el mismo respeto, al igual que sus familiares.
Me valgo de esta introducción, para
poder contaros a donde quiero llegar. La Historia en tiempos de Franquismo fue
alterada, es la pura verdad, por los historiadores de aquel Régimen. Pero como
digo a partir de 78 quedó liberalizada la Historia auténtica y se han hecho
notables esfuerzos en el sentido de tener historias verdaderas con diferentes perspectivas
despolitizadas, que consigan que un lector interesado pueda analizar los
diferentes puntos de vista y obtener conclusiones válidas para su modelo
histórico.
La Historia se enseña en institutos y
universidades. Si poco a poco se van cambiando determinados puntos por mero
interés político, se irán introduciendo conceptos no ajustados a la realidad
que serán tomados como válido en el próximo futuro.
Algún ejemplo puede ser como sigue:
-
“Carlos I fue rey solo de Castilla, no de
España”. Esta afirmación es recortar los reinos heredados por Carlos I de sus
padres. Hoy por hoy no se puede mantener, en mi opinión, de una manera seria.
-
“Los conquistadores españoles fueron genocidas
no héroes”. Unas personas salidas de una pobreza secular, obligadas a irse a
viajes inciertos, donde muchos morían, actuaron de la forma que era de esperar.
Muchas veces mal. Pero las leyes de indias pusieron límite a los abusos. Ahora
hay historiadores que nos los presentan como asesinos repulsivos. Me parece
mucha falta de rigor y creo que hay mucha carga ideológica. La plaza de Colón
se denomina ya “Margaret Tacher”. Un personaje que nos dio glorias (a mi
entender) se cambia por una gobernante foránea que siempre nos despreció y
ninguneó.
-
“El Régimen franquista fue una Dictadura”. Se
niega así la posibilidad de que fue un Régimen autoritario emanado de una
Guerra Civil y que fue aceptado por millones de ciudadanos durante décadas.
-
Se omite que en los años 70, finales de este
Régimen, España era la octava potencia industrial mundial, el paro era del 3% y
el PIB crecía un 7% interanual. A cambio se introduce una visión de un sistema
económicamente arruinado donde casi toda la población vivía en condiciones de
absoluta pobreza. Que esto quede así para la posteridad me parece una felonía.
-
“La Guerra Civil finalizó en 1952”. Yo sigo
manteniendo que finalizó en 1939. Luego hubo guerrillas, pero no guerra
abierta. Yo creo que se trata de una opinión, pero no de una realidad
histórica.
-
Es cierto que el Régimen del 39 terminó de una
manera horrorosa con fusilamientos y detenciones masivas. Esto se debe de saber
y es condenable. Pero también debe saberse que estos campos de concentración de
los que ahora nos hablan algunos historiadores “modernos”, donde había hasta un
millón de prisioneros, no existieron jamás y no hay ninguna prueba de ellos en
ningún archivo.
-
Otros ejemplos. En nuestro Instituto hay una
cruz de hierro. El libro de D. Tomás afirma que se construyó de materiales
incautados al ejército republicano. En nuestro libro “Historia del Ramiro”,
desmontamos esta afirmación que carece de fundamento ya que existe una factura
de un taller de fundición madrileño, Tablate, por la ejecución de este trabajo
y el taller no utilizó nunca elementos de “desguace” del ejército. Sin embargo
esta “leyenda urbana” ha calado y hay quien opina que debe de ser destruida y así
se lo comenta a sus alumnos.
-
“En el Instituto hubo una cárcel de mujeres”.
Han venido investigadores a ver donde estuvo la cárcel y comprobar si en el
lugar se da clase. La cárcel, como les hemos demostrado documentalmente estuvo
en el edificio del Internado–Residencia denominado “Generalísimo Franco”, en la
parte más antigua, que fue residencia de los Magariños y los Ortiz y hoy ocupan
despachos del CSIC. Jamás se ha dado clase en un local que fuese cárcel.
-
Esas “leyendas” pueden terminar incorporándose
a la “nueva Historia” y ser tomadas como verdaderas.
No sé si con esta introducción he
podido despertar alguna inquietud, pero yo la tengo. Sospecho que la historia
que estudiarán mis nietos será sustancialmente diferente a la que yo estudié
(sin conquistadores, sin imperio, sin hispanidad, sin nación española) y
bastante diferente a la que estudiaron mis hijos.
De esta manera la Historia “oficial”
va variando por intereses políticos más que científicos.
Mi opinión es que este tema se inició
en la época del Sr. Zapatero y ahora con nuestro compañero de Instituto Sr.
Sánchez instalado cómodamente en la Moncloa con sus 123 diputados, va a ir “in
crescendo”. Por eso me apresuro a conservar notas y escritos de mis padres
(maestros represaliados por cierto, defensores de la UGT de antes de la Guerra)
y en general de toda la familia y su entorno. Creo que son un alegato a una
historia vivida, que nos van cambiando día a día.
Los documentos pueden ir “desapareciendo”.
Por suerte hay mucho digitalizado que ya no se puede eliminar, de esa herencia,
pero documentos inéditos pueden haberse “evaporado” de forma interesada.
Para terminar, hoy dos de mayo, día de
nuestra Comunidad, dos noticias curiosas. En Tele Madrid la veterana periodista y presentadora de televisión María
Rey, que durante años fue reportera política en el Congreso de los Diputados
para Antena 3, se ha dejado llevar por el entusiasmo de la “Memoria Histórica”,
y en vivo y en directo, ha afirmado que el levantamiento del 2 de mayo de 1808
fue del pueblo contra Franco. Estupor ¿verdad?.
Y que un partido de la
extrema izquierda quiera filmar un documental, debidamente comentado, sobre la
exhumación del General Franco y hacer obligatoria su proyección y visionado en
todas las escuelas públicas para niños desde 6 años, me parece lamentable y
bochornoso y nada educativo.
En fin, nunca me he
definido como una persona de derechas o de izquierdas. Intento ser cabal y
evitar cualquier adoctrinamiento político. Nuestra obligación es ser testigos
de nuestro tiempo y defender la Verdad histórica, que hemos conocido y vivido,
no una verdad interesada.
2 de mayo de 2019.
Recordamos hoy al pueblo llano que quiso apartar de nuestro país la bota
napoleónica y sufrió una dura represión. A ellos damos gracias por su
sacrificio y pedimos que siempre se les recuerde como lo que fueron héroes
anónimos que defendieron la libertad.
La plaza de Colón (Madrid) se sigue llamando Plaza de Colón. La Plaza Margaret Thatcher, que es contigua, se sitúa entre dos hoteles cercanos. Para mayor precisión mirad aquí: https://www.google.com/search?newwindow=1&safe=off&tbm=lcl&ei=FgjTXO7EDcnlgwf255mwBQ&q=plaza+margaret+thatcher+de+madrid&oq=plaza+margaret+thatcher+de+madrid&gs_l=psy-ab.3..0j38l3.18844.18844.0.19933.1.1.0.0.0.0.114.114.0j1.1.0....0...1c.1.64.psy-ab..0.1.114....0.Ys14JEmKnVs#rlfi=hd:;si:;mv:!1m2!1d40.42615267731903!2d-3.6893316748627023!2m2!1d40.42579272268097!2d-3.689804525137297;tbs:lrf:!2m1!1e2!3sIAE,lf:1,lf_ui:1
ResponderEliminarBuenos días Ildefonso:
EliminarReconozco que he cometido un gran error. En efecto la Plaza de Colón, aún no ha cambiado de nombre, y la Plaza de Margaret Thatcher está en las proximidades. No me parece merecedora de una plaza tan céntrica, pero Doctores tiene el Ayuntamiento.
Aquellos que nos criamos bajo el régimen de Franco terminamos hartos de la manipulación a que éramos sometidos y, por eso, acogimos con entusiasmo la proclamación de la Constitución de 1978, que no sólo nos trajo las añoradas libertades políticas, sino también una forma de superar las sempiternas confrontaciones entre españoles:
ResponderEliminarEspañolito que vienes
al mundo, te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.
Pero resulta que hemos vuelto a la confrontación, y, ahora, son los que perdieron la Guerra Civil quienes están empeñados en resucitar esas luchas fratricidas que tanto dolor le producían a Antonio Machado, reinterpretando la historia a su gusto, volviendo al secesionismo de antaño y pretendiendo suprimir el régimen monárquico del 78 que nos ha permitido modernizar a nuestra nación para sustituirlo por una nueva República que acaso nos devuelva a las dos Españas, y, para eso, están inventándose falsos históricos y reivindicaciones sin fundamento, a falta de auténticos programas políticos que sirvieran para bien administrar la cosa pública.
Se atreven a hablar de genocidio de los pueblos de la América hispana, obviando la evidencia de que ésta está llena de indígenas y mestizos, cosa que no ocurre en la otra América, la del norte.
Desgraciadamente la manipulación no se acabó con Franco. Hoy está presente en todos los países "democráticos", con la ayuda de los medios. Se crean estados de opinión, se definen buenos y malos, se condiciona al individuo.... Es imposible saber bien hasta que punto nos manipulan, por supuesto muchísimo más que en el franquismo, pues hay otros medios más sofisticados. La Partitocarcia que nos domina quiere nuestro voto, para disfrazarse de democracia y nuestro dinero. El resto es pura ficción, Un saludo
EliminarHace unos pocos días traía El País un reportaje interesante sobre la 'negociación' que se trajeron Enrique de Trastámara y Pedro el Cruel, gracias a la cual cambiamos una dinastía de ineptos por otra de incompetentes, aunque muy cristianos todos ellos. Eso me hizo reflexionar sobre el origen de lo mal que los españoles nos llevamos entre nosotros, y me salió que ya en los tiempos de Viriato estábamos así. Ahí comencé a preguntarme a qué se debería tal fenómeno, si a la dieta mediterránea o a que llueva más bien poco, aunque no encontré una explicación satisfactoria. Mirando en países cercanos observé que en todas partes cuecen habas, y que el uso de la agresión como herramienta de convicción ha sido una constante europea hasta casi estas mismas fechas. Hoy en día parece que mentarse a las madres ha sustituido al mangual, al trabuco y al naranjero (basta con seguir alguna sesión del civilizadísimo British Parliament para ver que al lado de las señorías británicas el Sr. Rufián es una especie de becario), lo que es de reconocer que resulta menos sangriento, pero sin que por ello se disipe la animosidad latente que sentimos los unos por los otros. Quizá sea verdad que casi todos, nos guste o no, llevamos dentro una bestia furibunda, y que resulta de agradecer que, al menos de momento, se conforme con eructar conceptos y consignas. Dada nuestra edad es probable que nos perdamos el próximo baño de sangre, de modo que tampoco es cosa de preocuparse demasiado. Mientras nos quede el punto de sabiduría que los nekulturny llaman cinismo, no todo estará perdido. O eso creo.
ResponderEliminarEl problema del individuo español,en general, es el carácter y, desgraciadamente, lo único que nos interesa es hacer prevalecer nuestras ideas -que son las buenas- sobre las de otros -que no valen nada- y así nos luce el pelo. Creo que NO SABEMOS y por eso NO QUEREMOS dialogar. Independientemente de las propias ideas de cualquier tipo, en las de los demás, SIEMPRE hay una parte que nos enriquece y eso es lo que estamos obligados a aprovechar. Cuando trabajaba, tuve un compañero musulmán y un día le pregunté por qué seguía el Ramadán si nadie de su entorno le podía ver y señalar negativamente; me contestó que si no cumplía ese ayuno iría contra sus convicciones. Me dejó perplejo, pero le respondí "olé por ti", eso se llama ser consecuente. Pero, en este país, lo que buscan algunos es desacreditar al que no piensa como ellos, simplemente por esa razón. El ejemplo más cercano que tenemos hoy de lo que enriquece es nuestra Promoción 64. Somos muy distintos en casi todo y, sin embargo, nos alegra y mucho vernos y charlar o como ahora, compartir opiniones o ideas por muy descaballadas que nos parezcan, pero pueden ser o son en realidad tan válidas como las propias. Si todos fuésemos iguales ¡qué aburrimiento!
ResponderEliminarLa historia se suele comportar de forma cíclica, como resultado de los diversos empujones que recibe desde direcciones diferentes.
ResponderEliminarLos que mejor saben mentir y después se quedan tan panchos son los anglosajones en general, sólo que ellos mienten siempre con respecto a su propia historia, moviéndola hacia donde el sol más calienta y también mienten con respecto al resto de los países del mundo, pero ya de forma mucho más sesgada y malévola. Parece que la historia ya sólo gira alrededor de lo que se cuente en inglés, incluyendo películas y documentales. Hoy me han comentado que hay una serie en la que nuestra reina Isabel la Católica sale en cota de malla llena de sangre tras llevar a cabo una sangrienta matanza de moriscos. Sin comentarios.
Con respecto a los españoles, la situación es distinta: los demás países nos traen al pairo y nos portamos de forma masoquista con nosotros mismos; no sé si será porque llueve menos o porque no (nos) mojamos lo suficiente. Lo de los ciclos se ha convertido en péndulo; tras finalizar la guerra civil, en el 39, por supuesto, los que mandaban se acordaron de los británicos y movieron la historia hacia donde más les convenía, quizás sencillamente porque eran los vencedores en un confrontamiento fratricida y pretendían evitar que la historia anterior se repitiera. Dicen que el tiempo lo cura todo, pero lo malo es que el péndulo, tras alcanzar una posición de equilibrio, ha sufrido una impresionante aceleración, empujado por cientos de manos malévolas a base de intervenir en la propia historia con la excusa de recomponerla. No sólo no se ha recompuesto, sino que la tortilla se ha dado la vuelta a base de memorias histéricas más que históricas, como ya sabemos. Hombre, como compensación de lo que pasó a partir del 39, tiene su lógica, pero es que después nos pasamos (se pasan) tres pueblos. ¿No os han preguntado vuestros hijos o nietos cómo es posible que hayamos “soportado” los cuarenta años de sanguinolenta dictadura? La estrategia es muy clara: re-educación, desprestigio de los valores tradicionales, incluyendo la propia bandera, y tergiversación de la historia. "The spanish people are crazy", como dirían los británicos, que si fueran católicos se harían cruces.
Los de la derecha de ahora están tratando de ver quién es más del centro, pero me temo que no saben lo que es eso. Se mueven tras un palo con una zanahoria que se llama “voto” y que no les saquen de ahí. Y los otros, tres cuartos de lo mismo. No deberíamos olvidar la historia de febrero de 1936, cuando el Frente Popular sacó ventaja en escaños, pero no en votos. ¿De qué me suena eso? La historia suele repetirse, pero afortunadamente las consecuencias no tanto, o eso espero…
Querido MANOLO,tu articulo no tiene desperdicio.Totalmente de acuerdo.Te felicito.Estoy releyendolo por tercera vez.A mi hija mayor,le ha parecido de matricula,y lo ha guardado,prueba de que estas en lo cierto,pues tiene 30 años menos que nosotros.Un fuerte abrazo,Gonzalo S.del Cura.
ResponderEliminarGracias, espero que mi modesta visión de lo que creo que está sucediendo y va a suceder en un futuro próximo os sirva para reflexionar sobre este crucial tema. Un abrazo
EliminarCon reflexionar no es suficiente; habrá que analizar las alternativas de actuación. Podrían ser:
Eliminar1ª: Emigrar a otro país.
2ª: Suicidio. Doloroso y poco práctico.
3ª: La solución del avestruz (= ajo y agua)
4ª. Adaptarse y cambiar. Uf.
No sé. ¿A alguien se le ocurre alguna otra?