…POR RAQUEL MARÍN
Las personas creemos firmemente en nuestra realidad, si bien es algo
cambiante y expuesto a una gran cantidad de estímulos, percepciones y emociones
distintos. Además, la evocación de los recuerdos de la memoria está también
sujeta a modificaciones de acuerdo al estado emocional e incluso al número de
eventos simultáneos que forjaron ese recuerdo. De hecho, cuantos más
acontecimientos sucedieron durante la generación de ese aspecto de la memoria,
es más probable que nuestro recuerdo no se parezca demasiado a lo que realmente
ocurrió.
¿Qué es la realidad en la mente?
Según los especialistas, la conciencia es la que nos mantiene vivos y
apegados a una realidad particular. La conciencia tiene diversas facetas desde
la percepción de nuestro cuerpo y de los órganos internos, de uno mismo y del
mundo en el que vivimos. Sin embargo, la conciencia se forja de acuerdo a la
actividad cerebral, a partir de un sinfín de estímulos que el cerebro procesa y
para la que genera predicciones en base a la experiencia previa. Por
consiguiente, la conciencia es relativa.
En otras palabras, a partir de unas pinceladas preliminares sin entrar en
los detalles precisos el cerebro se inventa el resto de la historia.
Ello ns prmite por ejeplo ler esta frse anque le faltn letrs.
¡El cerebro no es del todo fidedigno para reproducir la
realidad!
Previsualizar una actividad es
para el cerebro como si ya estuvieras haciéndola
El cerebro se utiliza para casi todo
: sensaciones, apetito, digestión respiración, temperatura corporal,
movimiento, memoria, aprendizaje, lenguaje, conciencia, atención, voluntad,
motivación, comportamiento, habilidades sociales, capacidad de comunicación,
abstracción, creatividad, estado anímico, voluntad y la regulación de las
emociones y sensaciones.
Con esta ferviente actividad es
evidente que consume una altísima cantidad de energía y oxígeno, por lo que
procura también ser "metabólicamente ahorrativo" a la hora de generar
nuevos pensamientos que almacenar. Por ello, frente a experiencias similares
que la mente cree reconocer, utiliza parte de lo que ya había generado
previamente para crear (recrear) la nueva decisión o conclusión.
Esta es una de las razones por las
cuales, por ejemplo, una persona puede caernos bien de entrada sin que haya
tenido créditos para ello por el mero hecho de parecerse físicamente a otra
persona que en una experiencia previa nos causó alguna buena experiencia.
De hecho, con tan solo previsualizar
una tarea concreta, el cerebro puede modificarse anatómicamente como si
realmente estuviera ejecutando la tarea. Un ejemplo de esta fantástica
capacidad se basa en los experimentos efectuados en personas en las simplemente
imaginando que estaban tocando el piano se observaba en el cerebro una
actividad similar que cuando el pianista lo está tocando realmente.
¿Vivimos en la ficción?
Según la investigación
neurocientífica, la mente humana genera unos 60.000-70.000 pensamientos al día.
Cuando comento este hecho a algunas personas, suelen afirman que no les
extraña. "No paro de pensar. Incluso cuando quiero dejar la mente en
blanco, sigo pensando".
Sin embargo, tan solo somos
conscientes de alrededor de un 25% de los pensamientos que generamos.
Personalmente, este hecho me resulta me particularmente curioso cuando pienso
la cantidad de energía que las neuronas del cerebro deben gastar para alimentar
el inconsciente.
Teniendo en cuenta que tan solo por
existir nuestro cerebro gasta cerca de 600 kcal al día, ¿Cuánto gastamos en
pensamientos que no repercuten en nada concreto? ¿En estímulos neuronales que
ni siquiera llegan a ser conscientes es nuestra existencia? Resulta realmente
fascinante imaginar la cantidad de kilocalorías que se dedican a tareas en
apariencia inservibles.
Libertad de pensamiento...
¿Realidad o ficción?
Algunos investigadores que han
marcado historia en la neurociencia, como la neurocientífica Rita Levi
Montalcini (Premio Nobel 1986) afirman que las emociones son uno de los motores
cerebrales fundamentales, son el sistema más complejo que alberga el cerebro y
predomina en nuestra existencia.
Hasta el punto de que las emociones
positivas, la sensación de bienestar y felicidad viene directamente ligado al
bagaje de personas que fomentan nuestra felicidad. Este aspecto es tan
importante que se calcula que el riesgo de mortalidad aumenta en un 20% en
personas que se declaran infelices frente a aquellas que se consideran felices.
Ante estas premisas, - el cerebro en
su forma de percibir y hacer de ello la realidad junto con la necesidad de
bienestar emocional -, es tentador utilizar esta información para inducir en
las percepciones un tipo de realidad y de necesidad que generamos con, por
ejemplo, fines puramente comerciales. En otro ámbito, los artistas de la prestidigitación
llevan muchísimos años haciéndonos ver la realidad que no existe toda vez que
nos ocultan aquello que estamos viendo. Los magos son auténticos artífices de
la manipulación de la percepción del cerebro humano.
En el campo del neuromarketing ¿Os
imagináis si pudierais tener acceso a métodos para alterar las percepciones y
orientar las emociones hacia algo que queramos que otros nos compren y
consideren imprescindible para su bienestar? Es altamente tentador y estamos
mucho más cerca de conseguirlo si la toma de decisiones se delega a algoritmos
matemáticos que decidan por nosotros.
Ya se han ganado elecciones a
presidencia con estas estrategias. Es probable que la libertad de pensamiento
esté en alto riesgo de desaparición para sustituirlo por meras herramientas de
consumo.
Esta fotocomposición que presenta a la autora rodeada de "sinápticas neuronas" es obra de Kurt Schleicher y aparece en el propio blog de ella.
Para saber más, visita mi blog: www.raquelmarin.net
Dale vida a tu cerebro.
¡Ya en tercera edición!
Quizá por mi quiste cerebral de nacimiento, soy amigo de leer cosas que caen en mis manos sobre el tema y, desde luego, es interesante todo lo referente a él porque permite conocer un poco más este órgano tan complejo.
ResponderEliminarCiertamente parece un libro atractivo; habrá que leerlo.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar