...por Manolo Rincón
Aprovechando el final del verano
iba hacia La Granja con una amiga y de repente apareció en la carretera un
cartel anunciando el Área Recreativa del Robledo.
No pude reprimir el deseo de
enseñar a mi amiga aquel lugar donde pasé dos inolvidables veranos por los años
67 y 68 del pasado siglo. Han pasado ya casi 50 años y quedan recuerdos y
vivencias que parecen enteramente de otra época. Voy a tratar de trasmitirlos a
los nostálgicos que seguro recuerdan aquel mundillo tan peculiar. Así se lo
conté a mi amiga.
El primer recuerdo para mí, era
la entrada, donde se hacían las guardias. Ya vi que
no existía el antiguo pórtico que
daba acceso a la avenida principal. Entrando recordé el “Llano Amarillo”, donde
el Cristo de Robledo presidía todos los actos y donde íbamos a misa de campaña,
que no recuerdo si era obligatoria.
Es difícil reconocer ya los
antiguos comedores reconvertidos y no sé qué uso que se da a este espacio que ahora
parece en total decadencia. No sé tampoco quien será el propietario actual, si
es que lo tiene. No pertenece a Defensa.
Recorrí aquellos lugares en los
que se montaban las tiendas. Recordé la jura de bandera un 18 de julio, como
cantábamos Margarita, los malditos, el ser padre…
Aquellas teóricas estúpidas,
donde te enseñaban que si había una explosión nuclear te tirases al suelo
mirando para otro lado. Un sabor agridulce vino a mi ánimo contando a mi
compañera todos los sudores que allí pasamos, mucho calor y mucho frio,
tormentas y marchas durísimas como la de la Bola del Mundo.
Y todos los recuerdos: Ya
veníamos en el autobús con espíritu resignado de malditos, cantando aquello de
que “las íbamos a pasar muy putas”. Las novatadas con un padre disfrazado de
capitán levantándonos a las 3 de la mañana. El capitán Macheti que nos enseñaba
a sumar resistencias en paralelo y nos mostraba los equipos de radio de
campaña. No recuerdo ya el nombre del teniente, ni del sargento que era de IPS
y nos hacía marcar el paso ensayando la jura de bandera. Yo estaba en
Ingenieros-Transmisiones. Por suerte en mi tienda (que era de 14), estábamos
los compañeros de clase de la Escuela.
De todo aquello queda ya poco.
Algunos nostálgicos como yo paseando por la zona, todos mayores de 60.
No tenía yo gran espíritu militar
y salí sargento después del segundo campamento, dejando de ser caballero
aspirante para pasar a ser suboficial eventual.
Aspecto actual del Llano Amarillo
Cartel que sirve de recordatorio de
“El Robledo”
Restos de la “Línea Pérez” o Pista
Americana, donde tan mal lo pasábamos
Lo que fue pista de atletismo
Por último recordé a mi amiga lo
que era “Villa Braga” (que no pude localizar, no sé si ya la han drerribado) y
los autobuses para irnos el sábado a Madrid, con permiso de la autoridad
competente.
Alguna vez fui a Segovia, a aquel
baile al aire libre que montaba un bar para nosotros los sábados y donde las
segovianas venían a ligar.
Nos fuimos y he de reconocer que
en el fondo añoro ahora aquel campamento en pleno funcionamiento. Algo ya que
ha quedado para la historia. Creo que hubo IPS hasta 1974 que se cambió por la
IMEC y que hay una asociación de antiguos caballeros.
Hubo una película “Quince Bajo la
Lona”, que reflejaba aquel Campamento. La recomiendo pues recrea muy bien el
escenario, aunque cae a veces en la sensiblería.
Yo tambien estuve en los mismos años en la 12 de Ingenieros, zapadores , bueno al lado ...
ResponderEliminarEpoca del Comandante La Llave etc .... Buenos recuerdos aquellos, por cierto tambien salí se Sargento.
Se sigue todos los años, por el més de junio y en el Llano Amarillo, honrando por la Hermandad del Cristo del Robledo y por las Milicias Universitarias IPS, IMEC a nuestro Cristo.